GASTEIZ - ¿Qué razones le han llevado a dar el salto al Parlamento?

-Al margen de la cuestión de la responsabilidad, en la próxima legislatura del Parlamento Vasco se tiene que dar un salto cualitativo en la política. Desgraciadamente, esta última ha sido de continuidad, de gestión, y es hora de analizar la situación, hay que dar ese salto cualitativo en el estatus político y actuar en lo social, además de abordar de una vez por todas las consecuencias del conflicto y avanzar hacia la paz. Ese es el reto, que la próxima legislatura no sea una legislatura perdida.

Las elecciones le pillan a Sortu en pleno proceso de refundación tras los últimos resultados electorales. ¿Qué imagen de la coalición o qué mensaje van a intentar trasladar a la sociedad a falta de cerrar ese proceso de reconstrucción?

-Habrá que preguntar a los responsables de Sortu, pero EH Bildu lleva un tiempo en que busca ser mucho más que una coalición de cuatro partidos, tiene que estar por encima de eso. Precisamente ese tipo de movimientos de cualquiera de los cuatro que conforman la coalición nos confirman que es importante seguir dando pasos en ese sentido, mucha gente nos lo reclama e internamente también lo vemos. Cada partido tendrá una función, pero EH Bildu como coalición tiene otro y la convocatoria de las elecciones nos ha pillado con los deberes avanzados.

El adelanto electoral ha sido más bien técnico...

-De cuatro semanas; nos ha pillado sin acabar las listas y ahora es el momento de correr, pero el trabajo de fondo sí estaba hecho. Tenemos un grupo de trabajo que está planteando una auténtica propuesta de cambio para el país, y también de autorreflexión; no podemos negar que venimos de dos citas electorales que nos han ido francamente mal. Eso nos lleva a plantearnos qué estamos haciendo mal, y a pensar que no podemos hacer una política que nos parezca excelente pero que esté absolutamente desconectada de la gente. Es más necesario a veces escuchar que hablar, es momento de liderazgos compartidos, y en ese sentido hay que poner en valor lo que se ha hecho en Gasteiz, liderazgos compartidos con la ciudadanía, en base a lo que nos pedía la ciudad, actuar. Esa idea tenemos que llevarla a todos los sitios, buscar liderazgos compartidos en la propia EH Bildu, pero también en las instituciones a la hora de plantear iniciativas. Ese cambio es necesario y creo que estamos en condiciones de llevarlo adelante.

El aval que usted puede presentar como candidata es precisamente impulsar ese pacto entre diferentes que ya sirvió para desalojar a Maroto de la Alcaldía de Gasteiz, pero, ¿de qué manera se puede trasladar ese bagaje a la política vasca?

-Eso buscaremos hacerlo en el Parlamento, pero esa ha sido una de la razones de proponerme a mí como candidata y de aceptar la propuesta, el llevar esa forma de hacer las cosas al Parlamento. De todas formas, se pone muchas veces mi cara, pero esto es un equipo, y EH Bildu así lo entiende.

Usted representa a un territorio en el que el electorado de la izquierda abertzale es muy fiel, pero en el que les cuesta crecer a partir de esa base. ¿Cómo se puede llegar a calar en un sector más amplio de la sociedad alavesa?

-EH Bildu tiene integradas a las dos izquierdas abertzales, tanto Sortu como Aralar, pero también toca dos sectores que van más allá, como Eusko Alkartasuna o Alternatiba, que viene desgajada de Izquierda Unida. Ese espectro de liderazgos compartidos y de aportar experiencias diferentes es lo que es EH Bildu, y la ciudadanía hace cuatro años así lo apoyó con su voto. Sí parece que ahora estamos mimetizados en el medio y no se ve lo que hay detrás, una amalgama de ideas y de trayectorias que nos lleva a un planteamiento de país nada radical, un planteamiento compartido y abierto. A eso se quiere dar énfasis y a eso se quiere llegar, pero con un planteamiento político vertebrado; es decir, sabemos qué queremos hacer y eso le proponemos a la gente, eso es lo que vamos a ofertar.

¿Esperan que la presencia de Arnaldo Otegi, esta vez como candidato a lehendakari, se haga sentir más en las urnas que en las pasadas elecciones generales?

-Nosotros sabemos que Arnaldo Otegi es un revulsivo. Internamente lo ha sido, desde que salió de la cárcel nos ha aportado una visión distinta. Tradicionalmente, en literatura, cuando se quería hacer un análisis de la sociedad, se escribían las Cartas persas (Montesquieu), por ejemplo, cómo analizaría la sociedad un viajero que viene de otro sitio. En cierta medida, eso ha hecho Arnaldo al salir, nos ha hecho críticas sobre aspectos que muchas veces desde dentro no ves, desde una cierta lejanía de la gente hasta el hecho de que hay que hacer mucha menos autocrítica y más ofertas. Son reflexiones de una persona además que, si ha estado en la cárcel, es porque dio el paso definitivo para llevarnos a un escenario de paz. Si hay algún candidato que es político y que tiene una visión de país, ese es Arnaldo Otegi. Tendremos otros perfiles de gente que sabe hacer gestión o perfiles más grises, pero si queremos un cambio cualitativo, yo creo que Arnaldo lo representa. Su actividad, su análisis político y su capacidad de aunar gente y de despertar un montón de ilusión es lo que va a poner encima de la mesa. Para entender las cosas no hay que ir a la mitad de donde están, es una frase de un filósofo: vete a una habitación solo, sin ruido, y quédate mirando, y la verdad se revelará ella misma. Lo hemos visto con Arnaldo o con Nelson Mandela, con una trayectoria bastante más larga en la cárcel, muchas veces desde la lejanía puedes hacer análisis más nítidos y articular auténticos cambios fundamentales, ese es el salto cualitativo al que hacemos referencia.

¿Salen a la carrera electoral sin apriorismos o tienen en mente posibles pactos? ¿Con quién sería posible y con quién no?

-Sabemos que vamos a ser determinantes por número, sin ninguna duda, y lo hemos visto en Gasteiz. Hemos sido la segunda fuerza, no somos la fuerza que tiene la alcaldía, y desde ese posicionamiento somos absolutamente necesarios para cualquier acuerdo y hemos sido capaces de articular la mayor parte de las propuestas de calado que ha habido en el Ayuntamiento. La política no es solo cuestión de números, sino también de visión.

Tanto el PNV como Podemos y ustedes mismos defienden el derecho a decidir. Van a ser muchos parlamentarios...

-Eso de defender el derecho a decidir será hasta que haya que defenderlo de verdad. El lehendakari Urkullu prometió hacer un avance en el estatus político de la comunidad y no se ha dado ningún paso. Sin embargo, sí es cierto que mucha gente del PNV sí es partidaria del derecho a decidir. En el caso de Podemos, las dudas son mayores, vemos la actitud que toma desde Madrid con Catalunya, su actitud en junio con los referendos sobre el derecho a decidir, y nos quedan muchas dudas de qué haría en el caso de que realmente haya que defenderlo. Eso sí, sí hay más posibilidades de estar abiertos al optimismo que antes, eso sin ninguna duda.

¿Contempla un Parlamento con mayorías para emprender un proceso a la catalana?

-No creo que nuestro contexto sea similar al que se está dando en Catalunya. Cuando los miramos como referencia, nos tiene que llenar de ilusión, pero tenemos que hacer nuestra propia hoja de ruta. Es la sociedad civil la que lo tiene que liderar, nosotros lo apoyaremos, lo afianzaremos y en última instancia tendremos que dirigirlo.

El contexto europeo también cambia. Tras el ‘Brexit’, todo lo que antes parecía inamovible, ahora se ve más cuestionable, e incluso Escocia se plantea reabrir el debate sobre su independencia.

-Sí, hay que hacer una discusión con Europa. Nos cuesta entender lo que la Unión Europea le ha hecho a Grecia, y lo que ha firmado con Turquía en relación a los inmigrantes nos llena de rabia. Que Gran Bretaña se salga ha abierto nuevas incógnitas en Escocia, pero también en Irlanda del Norte. Ahora se dice que Catalunya no tendría cabida en Europa, pero, ¿en qué Europa, en qué condiciones? Sí, se ha abierto todo el panorama, y debemos aprovechar para cuestionarnos absolutamente todo.

Compiten con Podemos por el mismo electorado. ¿Cómo valora su estrategia de cara a las autonómicas, con la designación de Pili Zabala como candidata a lehendakari, o la citada defensa del derecho de autodeterminación?

-Se están normalizando muchas situaciones que hace años nos habrían parecido inconcebibles. Que una persona que es víctima del GAL sea candidata a lehendakari pone de relieve mucho de lo que ha pasado en este país y por una parte y por otra nos hemos negado a aceptar. Por eso decimos que uno de los retos fundamentales en estos cuatro años debe ser al avance hacia la resolución del conflicto y hacia la paz, y en ese sentido la candidatura de Pili Zabala es una buena noticia. Se pueden dar los mimbres que no se han dado en esta legislatura. Cuando Arantza Quiroga quiso dar un pequeño paso, sucedió lo que sucedió, y eso nos ha llevado a que Alfonso Alonso sea candidato a lehendakari. Cuando tres de los cuatro partidos, sin contar a UPyD, no quieren que se avance, es muy difícil llegar a algo. Cuando cambien los jugadores sobre el terreno, y en ese sentido la candidatura de Pili Zabala es buena, se volverá a poner sobre la mesa de qué debemos hablar, de reconocimiento, de reparación, de no repetición, de cómo avanzar... Y en cuanto a la estrategia electoral, nuestra posición es conocida, no vamos a sacar conejos de la chistera, la gente sabe lo que ofrecemos y para eso pedimos el voto. Podemos, en muchos casos, sigue siendo una incógnita. Sé que mucha gente se ha decepcionado con lo que ha pasado en Madrid, tampoco es lo mismo votar a Pablo Iglesias que votar aquí... Yo no tengo ni idea de lo que va pasar, pero se abre un momento muy interesante.

¿Qué haría EH Bildu de gobernar en Euskadi diferente a lo que ha hecho el gabinete del lehendakari Urkullu?

-Acometer los tres grandes retos que he comentado antes. En el tema social, hacer frente a la situación económica y el empleo, tener un plan industrial, un planteamiento de universidad y de educación frente a la Lomce, todo el sistema de ayudas y una red social que hay que tejer. Por otra parte, el avance en el estatus político, tomar las decisiones aquí. Es como hacer frente a la Lomce y las privatizaciones, y hasta a la reforma laboral que viene de Madrid y que nos perjudica a toda la sociedad. Y, por supuesto, el avance en la paz. Por eso decimos que no queremos entrar en un gobierno, que queremos gobernar. La diferencia es fundamental, no es lo mismo gestionar y dejar todo como está, que para eso están los funcionarios, que dar ese salto cualitativo.

A día de hoy no se sabe qué va a pasar con el gobierno de España. ¿Influirá en la campaña que se conforme un Ejecutivo o que se convoquen nuevas elecciones?

-Va a influir. Parte de los votos del PNV han ido para el PP, para conformar la Mesa del Congreso, y cada cual tendrá que explicar qué hace, porqué lo hace y para qué lo hace. Va a tener influencia que se conforme o no un gobierno, tenemos una ciudadanía muy cansada de lo que está pasando en Madrid, ya la convocatoria de las segundas elecciones fue devolver una pelota a la gente para que resolviera lo que ellos no han sido capaces de resolver. En Madrid son incapaces de hacer muchas cosas, se está tratando de afianzar un gobierno que va a volver a implementar los recortes que vienen de Bruselas y que va a tratar de impedir cualquier posibilidad de regeneración o de frenar la capacidad de decisión de cada uno, como estamos viendo en Catalunya. Por eso hay que animar a la ciudadanía a hacer cosas, es la única manera de tener un país digno.

¿Y a la contra, pesará esta convocatoria en las negociaciones de Madrid?

-Sí, pero en menor medida seguramente, porque en el debate previo a las elecciones de junio se vio que el tema de Euskal Herria ocupó menos espacio que la violencia machista, no somos una prioridad para Madrid, nuestros problemas solo los vamos a poder resolver aquí. Puede influenciar también en las ganas de votar por el cansancio y el hartazgo del gente, pero es lo que hay.

En ese sentido, que a ustedes les excluyan de cualquier quiniela les evita hipotecas a la hora de presentarse ante la ciudadanía vasca.

-Bueno, no es cierto que nadie quiera hacer nada con nosotros... En el periodo entre elecciones ha habido un trabajo de los parlamentarios de EH Bildu con las formaciones cuyo objetivo sería una regeneración democrática del Estado. Con quienes quieren mantener el Estado español en el momento de la Transición, con esos no tenemos nada que hacer; pero, si hay alguien cuya prioridad va a ser siempre Euskal Herria, vamos a ser nosotros. Llevamos cuarenta años diciendo que no hay nada que hacer con Madrid y, aunque no hacemos lo mismo que hace cuarenta años, aunque se adaptan los contenidos, la gente sabe lo que ofrecemos. Otros son una incógnita.

¿Compatibilizará su escaño en el Parlamento con la portavocía del grupo municipal de EH Bildu en el Ayuntamiento?

-Estoy preparando ya la fiscalidad para 2017 y el Presupuesto municipal, ahí está mi compromiso de trabajo y la prioridad va a ser llevar la forma de hacer de EH Bildu en Gasteiz allí donde esté. Ahora mismo, de momento, los compromisos los tengo aquí y voy a hacer frente a ellos.