El Gobierno conservador del Reino Unido defendió ayer al primer ministro, Boris Johnson, ante las crecientes acusaciones de la oposición de que lidera una Administración corrupta marcada por el amiguismo.

En los últimos días, el jefe del Ejecutivo ha sido acusado de tratar de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del partido; de conceder contratos públicos, y de dar trato de favor a empresarios y políticos afines, todo lo cual niega. Las críticas a su gestión se producen a pocos días de que el 6 de mayo tengan lugar elecciones autonómicas en Escocia y municipales en partes de Inglaterra.

En declaraciones a Sky News, la ministra de Comercio Internacional, Liz Truss, mantuvo que recibió “garantías” de que Johnson “pagó de su propio bolsillo” la renovación del piso donde vive con su familia. Sin embargo, no aclaró si el jefe del Gobierno previamente trató de obtener el capital de donantes tories, tal como publicó la prensa y reveló también el viernes el antiguo asesor jefe del primer ministro, Dominic Cummings.

Cummings, cesado en noviembre por luchas internas, alegó en su blog que Johnson tenía un plan “poco ético y posiblemente ilegal” para que simpatizantes “pagaran secretamente” por las obras de su apartamento en el número 11 de Downing Street.

The Daily Mail informó ayer de que el jefe del Ejecutivo se vio obligado a desembolsar finalmente 58.000 libras (unos 66.000 euros) al no prosperar su plan para que los afiliados hicieran “donativos” mediante una Fundación de Downing Street presidida por el lord conservador David Brownlow, que no llegó a constituirse.

Por otra parte, la ministra Truss tachó de “chismorreo” la alegación de Cummings de que Johnson intentó frenar una investigación interna sobre quién del Gobierno había filtrado a la prensa que impondría un segundo confinamiento por la pandemia, al darse cuenta de que el culpable podía ser un amigo de su novia, el consejero Henry Newman.

Las revelaciones de Cummings se suman a una polémica anterior por amiguismo y presunto conflicto de intereses en el Ejecutivo, después de que los medios publicaran que el premier y varios ministros pudieron favorecer a empresarios como el pro Brexit James Dyson y políticos como el ex primer ministro tory David Cameron y el príncipe saudí Mohamed bin Salman.

En declaraciones a la BBC, la vicelíder del Partido Laborista, Angela Rayner, pidió que Johnson comparezca hoy ante la Cámara de los Comunes para responder a “serias preguntas” sobre la posible recepción de capital no declarado y el uso de fondos públicos durante la pandemia.

Una encuesta de Opinium publicada ayer por The Observer indica que los conservadores aventajan a los laboristas de cara a los próximos comicios, con un 44% frente a un 33%, si bien el sondeo se hizo antes de las confesiones de Cummings.