Budapest - El primer ministro húngaro, el popular Viktor Orbán, defendió ayer a los partidos de ultraderecha europeos al asegurar que cuando esas formaciones llegan al poder muestran que no son extremas y que pueden gobernar. Orbán puso al ultranacionalista FPÖ, que gobierna en Austria con el Partido Popular; al conservador Ley y Justicia polaco; o a la Liga italiana de Matteo Salvini, como ejemplos de partidos calificados de extrema derecha y luego “mostraron que no lo son”. “Ahora hemos experimentado sus logros en el Gobierno, y esta experiencia demostró absolutamente que son lo contrario de lo que se decía sobre ellos”, defendió Orbán.

El político popular dijo que estas formaciones “han demostrado que son responsables y capaces de asegurar la estabilidad en sus respectivos países, de formar Gobierno y también gobernar”.

A su manera son europeistas”, dijo en rueda de prensa junto al vicecanciller austríaco y líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache. Orbán insistió en que las actuales instituciones europeas están dominadas por “la izquierda” y las fuerzas “amigas de la inmigración”, frente a las que se alzan partidos “patrióticos”, entre los que incluyó a su Fidesz.

La pertenencia del Fidesz al Partido Popular europeo quedó suspendida el pasado marzo al considerar el grupo conservador que las posturas de Orbán violan sus valores democrático y europeístas. De hecho, aunque Orbán aseguró ayer que su partido aún es miembro del PPE, matizó que su permanencia dependerá de si el grupo deriva hacia posturas más de izquierdas en materia migratoria.

Strache, por su parte, denunció que la izquierda “difama” y califica como de extrema derecha a todos los demás. Preguntado sobre cuál es la frontera entre extrema derecha y derecha, Strache dijo que su partido rechaza cualquier postura vinculada con el fascismo, el nazismo o el antisemistismo.

No obstante, el FPÖ fue fundado por antiguos nazis tras la II Guerra Mundial, lanza continuamente mensajes xenófobos y hay vinculaciones entre el partido, o algunos de sus miembros, con grupos supremacistas blancos o cercanos a círculos neonazis.

Viktor Orbán aseguró también ayer que ya no apoya a Manfred Weber como candidato a presidir la Comisión Europea por el Partido Popular Europeo (PPE), formación a la que todavía pertenece su partido, pese a la suspensión de voto.

“Estamos buscando a otro candidato”, aseguró en rueda de prensa el también líder del partido Fidesz.

Orbán criticó a Weber, miembro del ala derecha de la coalición que apoya a Angela Merkel, por, dijo, haber asegurado que no quiere contar con el apoyo de Hungría para ser el nuevo presidente de la Comisión Europea. “Cuando alguien ofende a un país así, entonces el primer ministro de ese país no puede apoyar más su candidatura”, afirmó.

Orbán recordó que hasta que Weber pronunció esas palabras, su Gobierno y su partido apoyaban al candidato del PPE. “Para nosotros podría haber sido un buen candidato”, apuntó. - Efe