El 60,5% de las familias vulnerables ha visto alterada su situación laboral en la primera semana de crisis del coronavirus, según una encuesta realizada por Save The Children a través de entrevistas telefónicas a casi 2.000 familias a las que la ONG presta apoyo en Madrid, Illescas, Barcelona, Bilbao, Sevilla y Valencia, y cuya situación previa a la pandemia ya era de vulnerabilidad. Entre ellas, un 61% tiene dos o más hijos o hijas, un 44% son hogares monoparentales, un 20% comparte vivienda con personas ajenas y un 16% vive en casas que no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad, según informa la organización.

La encuesta ha medido, entre otros parámetros, su situación económica y laboral, su estado de ánimo y los recursos de que disponen para permitir la continuidad de las actividades educativas de los niños y niñas, como ordenadores, tablets y conexión a internet. Según Save the Children, el caso más generalizado es aquel en el que ambos progenitores han perdido el empleo, trabajo que en el caso de las madres suele estar vinculado al sector doméstico y en el caso de los padres a la economía informal, como recogida de chatarra o mercadillos. "Esta vinculación total o parcial a la economía sumergida ha expuesto mucho más a estas familias al desempleo, dejándolas ahora con poca o nula posibilidad de recibir prestaciones", ha advertido la ONG.

Entre quienes no han perdido su empleo, Save The Children señala que "la posibilidad de teletrabajo es anecdótica, y se registran muchos casos de mujeres que deben seguir trabajando en sectores de la limpieza sin las adecuadas protecciones, causándoles preocupación y estrés por miedo a contagiar a sus propios familiares". En ese sentido, Save the Children sostiene que "la situación está pasando factura al bienestar emocional de estos hogares". El 41% manifiesta que los niveles de estrés y problemas de convivencia han aumentado, en buena medida por las malas condiciones de habitabilidad y tamaño reducido de sus viviendas. Las mujeres refieren "mayores problemas emocionales, se muestran muy cansadas y con una carga superior de cuidados y de estrés por el confinamiento".

Rocío, vecina de Sevilla, mantiene su puesto como limpiadora en un supermercado, pero ha perdido el empleo como trabajadora doméstica en dos viviendas. Su pareja se ha visto obligada a echar el cierre de su negocio, un bar. Siente ansiedad porque los ingresos son insuficientes para afrontar los gastos. Jennifer, de Barcelona, vive junto a su marido y dos hijos, de 7 y 13 años, en un piso compartido de 55 metros cuadrados. Los dos adultos han perdido el trabajo. "Nos ha afectado mucho, porque al no laborar no podemos juntar para el pago de la habitación y comprar alimentos", lamenta.

La encuesta realizada por Save the Children desvela también que "más de la mitad de los niños y niñas se ven afectados negativamente y sienten nerviosismo por no poder salir de casa, miedo y preocupación por el bienestar de sus familiares". Las carencias económicas se están traduciendo para el 48,6% en dificultades de acceso a los materiales que les facilitan los centros escolares: ya sea por no tener conexión a internet, ordenador o teléfono, o por tener equipos prácticamente obsoletos que no permiten el adecuado funcionamiento de las plataformas educativas.

Ejercicio físico

Asimismo, la organización ha medido el "escaso o nulo" ejercicio físico que los niños y niñas están realizando, con consecuencias negativas para el desarrollo de su aparato locomotor y sistema cardiovascular y el mantenimiento de un peso corporal saludable. Concretamente, el 82,9% de las familias no están realizando actividad física.

Save the Children plantea, entre otras medidas, una moratoria en el pago de alquileres, facturas y gastos corrientes y una aportación monetaria a las familias monoparentales que les permita quedarse en casa con sus hijos e hijas y estos no queden en una situación de desprotección. Una manera efectiva de hacerlo, según precisa la organización, sería aumentar la cuantía de la prestación por hijo o hija a cargo.

Además, para que todos los niños y niñas tengan garantizada una alimentación saludable y nutritiva, Save the Children recomienda adoptar medidas para que los 686.106 niños y niñas que se beneficiaban de las becas comedor tengan acceso a las medidas de garantía de la alimentación y ampliar la cobertura a todos los niños y niñas en situación de pobreza. En este ámbito, propone facilitar un sistema de reparto de alimentos domiciliario o un sistema de 'tarjeta monedero' para que las propias familias puedan adquirirlos.

En el ámbito educativo, la ONG promueve que se facilite la enseñanza online, identificando los niños y niñas que no tienen ordenador disponible y agilizando un servicio de préstamo para que puedan seguir las clases a distancia. A su vez, pide dar prioridad al seguimiento y apoyo al alumnado de familias socioeconómicamente vulnerables, con necesidades educativas especiales o dificultades de aprendizaje.

Por último, Save the Children considera imprescindible la puesta en marcha de un servicio de atención psicológica para aquellas familias que lo necesiten y no interrumpir las terapias que ya estaban teniendo lugar. Para apoyar a las familias más vulnerables en la emergencia sanitaria y económica provocada por el coronavirus, Save the Children ha puesto en marcha la intervención #ATuLado, que se centra en el acceso a una alimentación básica, el refuerzo escolar y la atención individualizada de profesionales para paliar los efectos del aislamiento, la incertidumbre y el estrés. La ONG ha abierto una línea de atención psicoterapeútica online para estas familias.

Esta iniciativa es posible gracias a la colaboración de CaixaProinfancia, programa impulsado por la Obra Social "la Caixa". Además, Samsung ha proporcionado ya a 600 familias dispositivos móviles y la Fundación Vodafone ha facilitado el acceso necesario a la conectividad.