BILBAO. La Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este miércoles la tercera sesión del juicio con jurado contra Víctor Manuel D.S., acusado del asesinato en octubre de 2013 de la hija de la que en esa fecha era su pareja, Ruth S.J.R, en Barakaldo.

En la primera sesión, el acusado cambió su versión de lo ocurrido, y, tras mantener desde que ocurrieron los hechos que la menor se había caído por las escaleras del portal, declaró el lunes que abrió la puerta de entrada a la vivienda "tan fuerte" que la pudo golpear de forma involuntaria.

Yaisha Da Silva falleció como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico occipital con edema cerebral, que le ocasionó una hemorragia cerebral con posterior disfunción neurológica. Además, la autopsia reveló que las lesiones que presentaba la menor podían ser consecuencia de una agresión, ya que presentaba una marca en la frente y marcas de dedos debajo de la mandíbula, una en la parte derecha del cuello y dos en la parte izquierda.

En esta tercera sesión del juicio han declarado el patólogo forense que realizó el levantamiento del cadáver, los dos forenses que realizaron la posterior autopsia a la niña, y cuatro agentes pertenecientes a la Unidad de Policía Científica de las secciones de balística y tramas, y genética forense.

El forense que hizo el levantamiento del cadáver ha declarado que en su primer análisis en el domicilio observó que la niña presentaba en la frente una lesión "con patrón cuadrangular, con enrejado multiforme y con unas dimensiones de cinco por cinco centímetros" y, en la región submandibular, "una lesión en la parte derecha y dos en la izquierda".

Antes estas lesiones, ha explicado, observaron el lugar de los hechos y "en el papel pintado de la pared del pasillo" vieron "el dibujo" que la niña tenía en la frente. En cuanto a las lesiones que presentaba en el cuello, ha afirmado que son "impresiones realizadas con los dedos" y ha considerado "imposible o muy difícil de explicar" que fueran consecuencia de las maniobras de reanimación.

En ese sentido, ha asegurado, al igual que hizo ayer el médico de urgencias que practicó la reanimación, que, en su experiencia profesional no ha visto nunca esas marcas como consecuencia de una maniobra de reanimación. "Esas marcas se hicieron cuanto la niña estaba viva, y un sanitario con experiencia es impensable que cause este tipo de lesiones", ha declarado, para asegurar que las marcas eran "recientes, con menos de 24 horas", y producidas "por los dedos de un adulto".

Según ha manifestado, en su primer análisis no vieron "lesiones que sugiriesen que se había caído por las escaleras". Asimismo, ha considerado que, para provocar a la niña el hematoma que presentaba en la frente, tuvo que sufrir un impacto "moderado/severo o intenso, desde luego una presión suave no".

AUTOPSIA

Por su parte, la forense que realizó la autopsia ha explicado que, además del golpe "contuso" de la frente, que no le provocó la muerte, la menor presentaba en la parte posterior de la cabeza "dos golpes que provocaron dos hematomas, dos golpes más o menos de la misma intensidad", causantes de su fallecimiento.

En cuanto a las marcas que presentaba en el cuello, la forense ha descartado que fueran consecuencia de la maniobra de reaminación y ha asegurado que eran "muy recientes" y que la niña "vivía cuando fueron provocadas" ejerciendo "bastante presión".

La forense ha precisado que "la presión se realizó no contra el cuello, sino ligeramente hacia arriba, de forma que se presionó la piel bajo el plano óseo" y fue "una presión intensa, siempre en el mismo sitio".

Tras afirmar que "existen indicios que hacen sospechar la intervención de una tercera persona en la muerte de la niña", la forenses ha indicado que la hipótesis "más probable" es que la menor fue agarrada por el cuello, levantada por el aire y golpeada contra una superficie "dura", al menos "en tres ocasiones".

NUEVA VERSION

Los forenses han descartado la nueva versión dada por el acusado, de que la pegó "un trompazo" con la puerta y la estampó contra la pared, porque "al abrir con tanta fuerza la proyección sería muy grande y lo más lógico es que la lesión frontal fuera superior, porque del impacto es como si la niña saliera rebotado contra la pared, de forma que la lesión frontal podría ser igual o mayor que la de la parte posterior, pero, en este caso, la frontal es de una intensidad moderada y las de la zona occipital son de mayor gravedad".

Además, al presentar dos golpes "de la misma intensidad" en la parte posterior de la cabeza "tendrían que haber sido dos los impactos, tendría que estar de espaldas a la puerta, porque las lesiones están en la parte posterior de la cabeza, y la posición de la cabeza tendría que ser estirada e inclinada hacia atrás". Asimismo, creen que si hubiese ocurrido como declara el acusado, "hubiera tenido lesiones en partes como la nariz o la boca".

El otro forense que participó en la autopsia ha insistido en que, "en este caso, hay dos golpes muy intensos, separados, imposible que se hayan producido por una caída".

Por su parte, los agentes de la sección de balística y tramas de la Policía Científica han declarado que la "única" concordancia con la marca de la frente que presentaba Yaisha es el papel pintado de la pared del pasillo de la vivienda, aunque no han explicado que "no fue posible localizar ningún vestigio sobre el punto concreto del impacto".

El juicio, presidido por el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Bizkaia Alfonso González Guija, continuará este jueves con la presentación de las conclusiones. El fiscal solicita 18 años de cárcel para el acusado, por un delito de asesinato con alevosía, mientras que el abogado del padre de la menor pide 20 años de prisión por asesinato y el letrado de la madre de la niña 18 años por el mismo delito. La defensa pide la libre absolución.