Carme Forcadell: "¡Claro que se votará el 27-S! Todo lo que Mas ha prometido, lo ha cumplido"
A Carme Forcadell (Xerta, Tarragona, 1956) le sonroja que le describan como ‘lideresa’ o heroína del soberanismo, ya que entiende que ha sido la Catalunya transversal quien ha liderado el sueño secesionista que anhelaba conquistar cuando tomó las riendas de la ANC
bilbao - Sus dotes de oratoria como licenciada en Filosofía y Ciencias de la Comunicación que es le han ayudado en esta travesía que emprendió hace casi décadas pero que se visibilizó en 2011, cuando Forcadell se aupó a la presidencia de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), una entidad soberanista pegada a la calle y que, junto a otras plataformas, han espoleado al sector político proclive a sus objetivos. Un fin que solo necesita carácter de oficialidad porque, como ella entiende, una mayoría en Catalunya “ya ha desconectado” del Estado español. La independencia dejó de ser una quimera y pasó a ser una posibilidad. Ahora, dice, es ya una certeza.
¿Imaginaba hace cuatro años el horizonte con el que cede el bastón de la ANC?
-Ni en el mejor de mis sueños podía imaginar llegar a dónde ahora estamos. Nadie en aquel momento podía hacerlo porque hemos conseguido un cambio cualitativo extraordinario. Recuerdo que en mayo de 2012 estábamos aún hablando de a ver si nos daban el pacto fiscal. Y no lo digo solo porque hemos realizado las tres movilizaciones más grandes de la historia de Europa cada 11 de septiembre, sino porque hemos pasado de tener un gobierno autonomista en la Generalitat a otro soberanista. El pasado 9 de noviembre fuimos a votar casi 2.400.000 personas desafiando a un Estado español que nos decía que estábamos haciendo algo ilegal. Mire, una parte importantísima de catalanes ha desconectado ya de España, y hablamos de un sentimiento transversal, porque la clave del proceso es que se han embarcado partidos de todo el espectro.
Sin embargo, una reciente encuesta elaborada por La Vanguardia indicaba que el “no” a la independencia superaba en cuatro puntos a los partidarios del “sí”.
-No creo en las encuestas. Y el ejemplo más claro está en Reino Unido, donde solo acertaron el ascenso nacionalista en Escocia, que ya se intuía. Hablaban de igualdad y Cameron se ha llevado la mayoría absoluta, algo que iba a sacar, por ejemplo, Artur Mas en las pasadas elecciones al Parlament. Los sondeos marcan tendencia pero en todas hay intencionalidad, no de quien las hace sino de quien las encarga. En todo caso todos los barómetros señalan que los partidos soberanistas siempre son mayoría en la Cámara catalana. A veces CiU sube en escaños, otras es ERC y ahora parece que es la CUP quien repunta. Solamente varía el reparto de asientos pero dentro de los mismos bloques. Es difícil acertar, yo creo que la campaña y cualquier acontecimiento que pueda darse acaba influyendo.
¿Pero existe un estancamiento del soberanismo? ¿O se quiere crear esta atmósfera?
-La sociedad no puede estar continuamente tensionada, en pulsión. Los partidos, las entidades que estamos trabajando por el soberanismo, sí. Pero a los ciudadanos de a pie no les puedes pedir que estén permanentemente en disposición de algo. Puedes decirles que vayan a votar el 9-N, que salgan a manifestarse el 11 de septiembre, que acudan a los actos en sus pueblos... Hemos pasado un año muy álgido en este sentido y ahora hay un paréntesis que es normal. En un país normal la gente no vive en semejante estado de estrés. Eso sí, se avecina otra época de auge con las municipales, la Diada, el 27 de septiembre... Seguro que reviviremos ese clima. Un dato: en tres días llenamos el acto que hicimos el 24 de abril en el Palau de Sant Jordi, el recinto más grande cubierto de Barcelona. Sentimos a la gente.
¿Ha tenido que dar más puñetazos sobre la mesa de los que habría querido por ciertas declaraciones políticas que han trasladado sensación de desunión?
-Eso sí es verdad. Han existido manifestaciones públicas que no han facilitado las cosas, pero disponemos ya de una hoja de ruta en común que está firmada por Convergència, ERC, Òmnium Cultural, la Associació de Municipis per la Independència (AMI), Súmate y escisiones del PSC como Avancem o Moviment d’Esquerres (MES), y la CUP que lo hará también con propuestas para cuando estemos ya en el proceso constituyente. Las municipales suponen un obstáculo en medio porque cada partido tiene su estrategia pero luego el 27-S hay que ir con un punto en común muy claro en cada programa para crear luego un gobierno de concentración nacional.
¿Acudir al 27-S sin la lista unitaria que proponía Mas complicará el objetivo?
-Nosotros, como ANC, pretendíamos la lista unitaria pero la que comprendía desde Unió a la CUP, es decir, absolutamente unitaria porque eso sí era una propuesta diferente. Después se vio que no era posible, y lo que ya no queríamos era una plancha CDC-ERC.
En una entrevista reciente afirmaba usted que sería más fácil negociar la independencia si en Madrid gobernara Podemos.
-No, yo dije otra cosa. Ese era el titular que puso El País. El periodista me preguntó que si Podemos ganara las elecciones eso sería más fácil, y yo dije que seguramente sí pero que lo facilitaría más si ganase Izquierda Unida, que es el único partido que ha reconocido el derecho de autodeterminación. De todas formas yo añadí que no íbamos a supeditar el bienestar de los catalanes a lo que ocurra en el Estado español. Evidentemente, no es lo mismo el PP que Podemos, pero para negociar cualquier cosa. Mire, lo que tenemos claro es que tras el 27-S se abrirá el proceso constituyente.
¿No es peligroso plantearse el 24-M como una primera vuelta del 27-S dado el matiz que entraña una elección municipal?
-Nosotros lo que estamos pidiendo es que el 24 de mayo se vote a partidos soberanistas, sea cual sea, que hay muchos, ya que allanaría el camino a los siguientes comicios contar con muchos ayuntamientos y alcaldes implicados en el proceso. Igual que el 9-N muchos alcaldes respaldaron al Parlament, también ahora podrían ponerse a su lado. Es verdad que en las municipales influye quién se presenta en cada pueblo, si se le conoce... Pero cuantos más soberanistas haya, nos irá mejor.
27 de septiembre. No tiene duda. Habrá elecciones plebiscitarias.
-Ninguna. Votaremos el 27 de septiembre.
¿Por qué hay entonces esos comentarios y rumores que cuestionan que Mas finalmente convoque a los catalanes?
-Muchas veces interesa que haya ese tipo de sospechas. ¡Claro que votaremos el 27-S! En la ANC no tenemos ninguna duda de ello. Esto es algo que está rubricado por el president de la Generalitat y por el máximo dirigente de la oposición y socio de gobierno, Oriol Junqueras. Mas dijo que las convocaría y lo hará, porque siempre que ha dicho, prometido o se ha comprometido a algo, lo ha cumplido. Nunca nos ha mentido o ha dejado de hacer algo.
¿Cree que Mariano Rajoy puede dinamitarlas adelantando las generales a ese día?
-Puede ser. Según cómo le vayan las cosas en las municipales quizás haga algo en ese sentido, pero ahora mismo no lo veo. Es más, yo le daría la vuelta a ese escenario. Puede que por el hecho de ponerlas ese día haya más gente que acuda a votar a sabiendas de que Mariano Rajoy pretende dinamitarlas. En Catalunya hay mucha gente que se ha hecho independentista, y que no lo era, porque se ha percatado del maltrato y de la injusticia del Estado español hacia nuestro país. Muchos catalanes están hartos de los insultos, de las amenazas, de que le quieran meter miedo...
¿Considera que el PSOE actuaría igual en la dinámica del Gobierno español de trasladar a la Justicia cada movimiento que se da desde el ámbito soberanista catalán?
-En asuntos catalanes la política del PSOE y del PP es idéntica. Recuerde lo que pasó con el Estatut cuando era presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Lo pacto él mediante aquella frase de “respetaré” lo que salga del Parlament de Catalunya, e hizo todo lo contrario. No solo el PP lo llevó al Tribunal Constitucional sino también el defensor del pueblo.
¿Y dónde estará Carme Forcadell ese 27 de septiembre? ¿Quizás en alguna lista?
-En estos momentos no me lo he planteado. Esa es la realidad. Pero no descarto nada porque después de más de tres años presidiendo la Assemblea Nacional Catalana, donde no me podía imaginar haber logrado todo esto, pues ya no descarto nada. Ahora estoy trabajando tan al día que no tengo tiempo para sopesarlo. Supongo que a partir de esta próxima semana podré hacerlo, pero no sé lo que haré.
¿Qué resultado otorgaría categoría de validez al “sí” a la independencia?
-Para empezar, el objetivo era votar el pasado 9 de noviembre el Estado propio. No lo hicimos como estaba pensado porque el PP y el Gobierno español nos lo impidieron. Ahora tenemos que jugar con otras reglas de juego y éstas dicen que se gana con mayoría de escaños. Mayoría de escaños (68) es mayoría absoluta, aspirando también a ganar en votos. Eso sí, de todas maneras, lo que en verdad importa es quién estará en disposición de conformar gobierno, y creo que solo lo estarán los partidos soberanistas. De los otros, ninguno.
¿No es demasiado optimista pensar que después, en 18 meses, fructificará el proceso?
-No. De ganar el soberanismo, al día siguiente se abrirá el proceso constituyente y en ese tiempo se redactará una Constitución que la sientan suya una mayoría de ciudadanos de Catalunya, y en la que participen todas las formaciones, también las españolistas, que pueden introducir mejoras y sus principios. Los ciudadanos no soberanistas deben sentir que esa Carta Magna también les representa, y luego podrán votarla. Lo que voten “sí” apostarán por una República de Catalunya, y los que se decanten por el “no” será porque quieren seguir con la Constitución española.
¿No cree que en ese periodo el Estado pondrá en marcha su maquinaria? La UDEF, por ejemplo. La corrupción, el caso Pujol u otros en CiU, no les ha hecho ningún favor.
-Gracias al soberanismo han salido estos casos. El caso Pujol, de no ser por el independentismo, nunca habría salido a la palestra. ¡Y el Estado español lo conocía desde hace tiempo! Pero lo sacó cuando pensó que podría hacernos daño. La secesión nos da la oportunidad de conocer muchas cosas y de empezar de cero. De hacer el cambio social que Catalunya también necesita, ya que éste es un proceso desde abajo. Construir la República catalana es el único proyecto que no dirigirán las élites económicas. Deberán sumarse a él pero no lo van a dirigir.
¿Cómo calificaría la conducta de Mas? ¿No ha puesto en juego todo su bagaje?
-Mas está convencido de que no hay otra salida y no hay duda alguna respecto a su comportamiento. Todo lo que nos ha dicho, lo ha hecho. Lo tiene clarísimo.
¿El próximo 11-S exige más compromiso?
-Queremos darle un carácter marcadamente social. Por eso la manifestación entrará por la Meridiana, dividida en 135 tramos -como los escaños-, hasta el Parlament, uniendo la ciudadanía con sus representantes.
¿La independencia es irreversible? ¿Europa está en disposición de aceptarles?
-Pese a las importantísimas presiones desde el Estado español, ningún presidente de ningún país de Europa ha dicho que Catalunya no puede ser independiente si una mayoría de su gente lo desea. La UE será pragmática. ¿Qué va a hacer? Economía aparte, querrá lo bueno para todos. En el siglo XXI no se puede obligar a nadie a ser parte de un Estado que rechaza.
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