BILBAO. Uno de aquellos hombres que transmitió el bertsolarismo en los tiempos más difíciles ha fallecido el pasado lunes 15 de diciembre. Es Jose Agustin Alberdi. Conocido como Txo, el de Iurreta sumaba 92 años. Tuvo como contemporáneos a bertsolaris como Balentin Enbeita, Pujana o Etxebarria, entre otros.
Ganó siete ediciones del Bizkaiko Bertsolari Txapelketa y en dos ocasiones llegó a la final de este certamen, en 1958 y en 1959. En este segundo año citado vistió la txapela del campeonato de Durangaldea.
Por todo ello, en 1990, Euskal Herriko Bertsozale Elkartea le rindió un homenaje compartido con Basilio Pujana.
“No fue un bertsolari de máximo nivel pero era vivo, y de tomar el pelo”, le recuerda su vecino y también bertsolari Joan Mari Areitio, quien rememora cómo cantó con él en las fiestas de Santiago del barrio de Orozketa. “Era un hombre de estar entre amigos, gracioso en sus rimas”, valora Aretio, quien le cantó en la celebración de las bodas de oro, en el interior de la iglesia.
La también bertsolari iurretarra Kristina Mardaras que este año ha puesto la txapela de campeón de Bizkaia a Fredi Paia coincide con el prisma que ha dibujado Areitio sobre Alberdi. “Era de los que chinchaban. Hacía tiempo que no echaba bertso, pero cuando nosotros pusimos en marcha la escuela de bertsolaris, allí solía venir él. Era un gran almacén de rimas, un bertsolari irónico”.
A colación de ello Mardaras, evoca un bertso que solía cantar Alberdi. “Patatiaren kokua txarra, dala esaten dabie, baina neure ustez ‘aldeano’ hori, ez dok askosaz hobie”.
El también iurretarra Antton Mari Aldekoa-Otalora agrega una labor más de Alberdi. Fue el primer bedel o cuidador de Kurutziaga Ikastola, centro educativo de Durango. Entretanto, continuaba como bertsolari, también en la ikastola. En la ikastola no enseñaba y tampoco era de los que se acercaba mucho al grupo que llevaba Lopategi.
El alumnado de la ikastola no le llamaba ni Alberdi ni Txo, “para nosotros era Ulezuri, por el pelo blanco”, evoca la periodista iurretarra Izaskun Ellakuriaga y agrega que es una de las personas que recordaba en la fiesta de los dantzaris Urrijena que se celebra cada cinco años en la plaza Aita San Migel de Iurreta.
Su generación
Jose Alberdi fue ezpatadantzari de la anteiglesia vizcaina de la que era natural. De hecho, perteneció a una generación que viajó en diferentes ocasiones por el Estado, a ciudades como Madrid, Alicante, Sevilla... “Era uno de los que quedaba vivo de esa generación”, comunican.
En aquella misma plaza en una ocasión, Txo cantó y Alfonso Irigoien -según relata Aldekoa-Otalora- recogió aquellos versos en un cuadernillo que se vendió a cinco pesetas.
Jose Alberdi, Txo, nació en el caserío Ertzillurruti de Iurreta que hoy en día no existe, en la zona donde se ubicó la base de la Ertzaintza, en las cercanías del histórico hórreo Ertzilla del barrio Gaztañatza que se ve desde la autopista A-8 a su paso por el municipio vizcaino. Contrajo matrimonio con María Asunción Arriazabalaga Kapanaga y dieron a Euskadi tres hijos: María Begoña, Jesús Mari y Amaia.
El historiador de Iurreta, Jon Irazabal, reconoce la excelsa labor de transmisión que los bertsolaris como Alberdi protagonizaron y que en ocasiones pasa desapercibida. “Bertsolaris como Alberdi fueron un puente entre los bertsolaris de antes de la Guerra Civil y posterior a ella. Cantaron en la posguerra cuando el euskera estaba prohibido. Fueron pura transmisión”, les aplaude Irazabal.