Heinrich Rohrer, impulsor de la nanotecnología
bilbao. El físico suizo Heinrich Rohrer, ganador del Premio Nobel de Física por crear el microscopio de efecto túnel, premio que compartió con Ernst Ruska, inventor del microscopio electrónico, falleció en Suiza el pasado 16 de mayo a los 79 años.
Nacido el 6 de junio de 1933 (media hora después de su hermana gemela) en la población suiza de San Galo, situada en el cantón de San Galo, pasó su infancia en el campo hasta que su familia se mudó a Zúrich en 1949. Entró en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) en 1951 para estudiar física y donde estudió con Wolfgang Pauli.
Su disertación doctoral fue sobre su trabajo midiendo los cambios de longitud en semiconductores en un campo magnético induciendo superconductividad, un proyecto que inició Jörgen Lykke Olsen.
Inició sus investigaciones en los Estados Unidos, trabajando en la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey en superconductores y metales. En 1963 entró a formar parte del Laboratorio de investigación de la empresa IBM en Zúrich, donde conoció a Gerd Binnig, y con el cual inició investigaciones acerca de los microscopios ópticos y electrónicos.
premio nobel de física En 1986 fue galardonado, junto con Gerd Binnig, con el Premio Nobel de Física por el diseño del primer microscopio de exploración de efecto túnel, premio que compartió con Ernst Ruska, inventor del microscopio electrónico. Este aparato permite ver átomos individualmente, ofreciendo a posibilidad de manipularlos uno a uno, por lo que es considerado el instrumento más preciso para manipular la materia, permitiendo la evolución de la nanotecnología, la ciencia que se dedica a desarrollar métodos para entender y controlar la materia a escalas de unos pocos átomos.
Casado desde 1962 con Rose-Marie-Marie Egger, el brillante físico suizo siempre reconoció que, sin el apoyo incondicional de su esposa, jamás habría alcanzado los éxitos que le hicieron merecedor del Nobel.
Además, Rohrer colaboró, en 1984, en el proyecto del Microscopio de Fuerza Atómica, que condujo a la creación de una gran variedad de instrumentos para extender las imágenes de resolución casi atómica a muchas otras fuerzas como la fricción y el magnetismo.
A partir de 1986, Heinrich Rohrer fue nombrado director del Departamento de Física de los laboratorios que la compañía IBM tiene en Zúrich, donde continuó con sus investigaciones sobre los materiales antiferromagnéticos. También mantuvo unos fuertes lazos científicos con instituciones españolas, como la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC, donde hacia finales del siglo pasado fue profesor visitante.
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