bilbao. El domingo, día de Aberri Eguna, se celebrará la misa de salida por la persona del bilbaino Agustín Altamira Salgado. Será a las 12.30 horas en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Plentzia. Este vizcaino habría cumplido mañana 88 años, pero falleció el pasado viernes. Hijo orgulloso de un nacionalista vasco condenado a muerte, fue uno de los denominados niños de la guerra evacuados, en su caso a Concarneau (Kon Kerné, término oficial en bretón con significado de Concha de Cornualles), enclave de la Bretaña francesa. La alegría de que le conmutaran la pena a su padre siendo él un crío, no duró mucho. Al poco tiempo falleció el progenitor, y su mujer, la madre de Agustín, salió adelante trabajando. Lo dio todo por sus vástagos.
Altamira relataba a su familia y amigos curiosidades del pasado. "Nos contaba historias de la diferencia de la juventud actual, de los niños en la actualidad, a cómo estaban él y los otros niños exiliados", aporta la juntera del batzoki de Indautxu, Igone Porto.
Este vizcaino nació en Bilbao en 1925. Fue comercial. Y estuvo durante años en la junta de gobierno de la Asociación de Agentes Comerciales de la Compañía de Seguros y Planes de Pensiones Surne. Asimismo, Agustín trabajó para empresas del ámbito textil como comercial.
Altamira se afilió al PNV tras la aún hoy inconclusa Transición, en el batzoki de Abando. "Más adelante, cumpliendo con lo que decía el partido, pasó al batzoki de Indautxu. Estuvo en la junta, en el tribunal, y siempre dispuesto para lo que hiciera falta al partido". A esto se debe sumar un dato más: previamente había estado en reuniones en locales de General Egia, en la etapa previa a la democracia.
Creyente practicante A su inneglable y apasionada apuesta jeltzale había que sumar que era un cristiano católico muy creyente, "profundamente", enfatiza Igone Porto. "Fue muy religioso. Eso le llevó a molestarse cuando el partido se posicionó a favor de la ley del aborto sin permitir libertad de conciencia", aseguran. Asimismo, afirma que Agustín "recordaba el Jaungoikoa eta Lege Zaharra, pensando en Sabino Arana porque era muy aranista".
Era el promotor de la comisión de cultura del batzoki de Indautxu, de la que los miembros superaban los 60 años, "menos yo -matiza Porto-. Siempre discutíamos por nuestras diferentes visiones. Él, tendía a vincular la comisión de cultura con actividades de Helduak, asociación de mayores del partido, y yo siempre le decía que no. Que se reuniesen ellos aparte. Que teníamos que separar ambas cosas".
Agustín se casó muy joven con Ascen Tolosa, pero siempre "le brillaban los ojos al hablar de ella. Me dio una lección, cuando me casé, diciéndome que tenía que ser la mejor amiga de mi marido, y que tenía que hablar mucho con él, que así era como habían mantenido ellos tantos años el matrimonio", agrega la juntera. El matrimonio dio al mundo cuatro hijos: Elvira, Igone, Luis Mari y Kontxi.
El periodista Iñigo Camino recuerda a Altamira como "el prototipo de afiliado currante y buena gente, abierto, expresivo con su perenne txapela, de los que no se cortan en dar su opinión y tratar de mostrar sus puntos de vista en beneficio del PNV", valora el autor de libros como Batzokis de Bizkaia.
Floren Torre Lledó es un conocido veterano comunicador a quien Altamira siguió en las frecuencias de Radio Bilbao-Cadena SER y luego en Radio Euskadi. "¿No me digas que Altamira ha fallecido? Te puedo asegurar que fue un gran hombre, gran amigo y gran nacionalista. Por encima de todo fue un hombre del PNV integral. Lo traté mucho y hablábamos sobre nuestras andanzas dentro del propio partido", valora Torre Lledó quien fue más allá al advertir que "cuando mueren las personas todas son buenas y en casos como este, por lo tanto, nunca se hará la justicia necesaria porque sí fue un hombre bueno de verdad. Me gustaba de él su respeto en la amistad con aquellas personas que no eran de su ideología. Quiero aprovechar para enviar a la familia mis mejores sentimientos hacia su persona porque fuimos grandes amigos".