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El talante conciliador del jefe de los empresarios alaveses

El talante conciliador del jefe de los empresarios alavesesFoto: deia

gasteiz. Incluso para los más cercanos, conscientes desde hacía ya tiempo de lo inevitable, el mazazo fue descomunal. La talla humana del personaje, una vez más, volvió a eclipsar al profesional, presidente esta vez de la patronal alavesa SEA, Juan José Azurmendi, que ayer a primera hora de la mañana falleció en Gasteiz tras una larga enfermedad. Tenía 65 años. Por la relevancia del cargo pero, sobre todo, por la "calidad humana" de este empresario, la noticia de su fallecimiento, además de tremenda sorpresa -siempre llevó su enfermedad con suma discreción-, causó un gran revuelo en el ámbito empresarial alavés y en el resto de la sociedad alavesa. En ambos entornos Azurmendi siempre gozó de una gran popularidad por su talante conciliador y "campechano", como reconoció ayer a este periódico un amigo cercano. La patronal alavesa celebrará mañana a partir de las 19.30 horas una misa en su recuerdo en la iglesia de San Miguel.

Juan José Azurmendi (Donostia, 1946) fue aupado a la presidencia de SEA el 26 de julio de 2007. Lo hizo en plena guerra interna entre los miembros de su cúpula directiva y aupado, fundamentalmente, por el grupo que comandaba Gregorio Rojo, entonces presidente de Caja Vital y vicepresidente de SEA. El objetivo de aquella maniobra empresarial no era otra que desterrar del cargo al anterior presidente, Carlos Zarceño, y poner fin a una de las etapas más convulsas vividas en la patronal alavesa en los últimos años.

El hombre elegido para liderar ese cambio fue el propio ingeniero guipuzcoano, hombre de absoluta confianza de Rojo y que cumplió con creces su cometido. A los seis meses ya logró un nivel de consenso considerable dentro de la renovada Junta Rectora de SEA y poco después fue moldeando una cúpula ejecutiva para la que rescató a empresarios de gran prestigio como Iñaki López Gandásegui, presidente de Aernnova. Apenas un año después de su sorprendente nombramiento -nunca entró en ninguna quiniela-, la unión y el talante empresarial regresaban a SEA de la mano de este emprendedor, más acostumbrado a la acción que al discurso político, una carencia que a lo largo de sus cuatro años de mandato le granjeó no pocos problemas.

Desde la presidencia de SEA representó a Araba en la patronal vasca Confebask, en la nacional CEOE, así como en Cepyme, la Cámara de Comercio e Industria de Araba, donde presidía la Comisión de Internacionalización, y Caja Vital, entre otros organismos.

siempre ligado a los ascensores Su llegada a la sede del Pasaje de Postas estuvo avalada por una sólida trayectoria profesional que siempre estuvo ligada al sector de los ascensores. A sus estudios primarios de FP añadiría poco tiempo después una ingeniería técnica que le abrieron las puertas de Zardoya Otis, donde permaneció seis años como subdirector de ingeniería, y después en Electra Vitoria, una de las históricas de Araba, donde comenzó coordinando el mantenimiento de los montadores y no paró hasta alcanzar la dirección técnica e incluso la gerencia de la compañía.

Hombre de carácter vivo, decidido y, sobre todo, "tremendamente trabajador", como reconoció ayer el presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, en 1989 decidió que había llegado el tiempo de dejar de obedecer y empezar a mandar. Dibujar su propio futuro. Y así montó su empresa, un martes y 13 de ese mismo año, a la que bautizó como Omega Elevator, con 200 trabajadores en nómina. Aquel proyecto fue el embrión de un holding empresarial del que fueron colgando después otras firmas como Morispain, Omega Eólica, Fazurel, Azurvane Construcciones, Eleva ferro, Montalift o Lifts Machine. Empresas todas ellas, siempre, ligadas al sector de la elevación y distribuidas por países como Inglaterra, Puerto Rico, Dinamarca o Argelia. A este país africano, precisamente, acudió Azurmendi hace apenas tres semanas, pilotando él mismo -ostentaba la licencia oportuna y era miembro del Aeroclub Heraclio Alfaro- la Cessna de segunda mano que hace años adquirió para rentabilizar sus continuos viajes al continente africano.

Flirteo con la política Su marcado carácter emprendedor, además de propiciar numerosos proyectos, también le llevó en algún momento de su vida a flirtear con la política. Afiliado al PNV, fue entre 1983 y 1987 concejal y alcalde de la localidad alavesa de Nanclares de la Oca, una etapa de la que aprendería, como recoció después, "el tremendo poder de la política".