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Jesús desconecta el Teléfono de la Esperanza de Bilbao

Jesús desconecta el Teléfono de la Esperanza de BilbaoFoto: zigor alkorta

Bilbao. El pionero en el Estado Teléfono de la Esperanza de Bilbao ha dejado de funcionar. Su voz diaria se ha apagado con el fallecimiento de su fundador, el franciscano Jesús Biain (Oñati, 12 de enero de 1924). Precisamente, el prójimo y la esperanza son los dos conceptos que este religioso ha cultivado como pocas personas han hecho. El pasado 26 de diciembre, el también recordado por su importante labor como delegado provincial de los Santos Lugares de Tierra Santa falleció a los 86 años tras un total de 68 de profesión religiosa y 61 de sacerdocio.

Jesús, siendo niño ingresó en el colegio franciscano de Arantzazu (Gipuzkoa) y, realizados los estudios religiosos, fue ordenado sacerdote en el año 1949. El convento franciscano de Bermeo fue su primer destino, donde permaneció por espacio de tres años. A continuación, le trasladaron al convento de Atotxa en Donostia, donde fue superior, primer párroco de San Francisco y María Magdalena, iglesia recién erigida. Salvo un periodo de dos años en los que actuó en el equipo misionero de América, la capital donostiarra fue testigo de sus actividades, principalmente, como director de la Juventud Antoniana, de la Catequesis parroquial, y a través de la obra social en favor de los más desfavorecidos que llamó La Voz del prójimo, un "despacho de escucha al prójimo, inspirado en una de sus experiencias vividas en su labor realizada en Colombia".

En el año 1967 llegó al convento de Iralabarri de Bilbao, en calidad de superior. Fue también el primer párroco de la iglesia inaugurada en 1970. En Bilbao, Jesús desplegó una actividad desbordante a través del despacho citado de La Voz del Prójimo, que ya iniciara en Donostia, y a través, sobre todo, del Teléfono de la Esperanza, el primero de este género de todo el Estado. El servicio nacía destinado a escuchar a personas que sufrían la soledad, con problemas familiares y de otro géneros como de drogas, por ejemplo, alcohol.

A través del Teléfono de la Esperanza, Jesús llevó a cabo una serie innumerable de actividades siempre pensando en el prójimo, en el otro, como El Club 25 para solteros y solteras entre 25 y 50 años; el Dispensario médico, costura para mujeres discapacitadas, el club de viudos y viudas y otro similar para matrimonios separados que, "en su día, le valieron alguna que otra advertencia?", señalan sus hermanos franciscanos.

Jesús Biain dirigió también por algunos años el comedor de los pobres, siempre "con una originalidad que le era característica", recuerdan. Y en reconocimiento de todas estas actividades fue distinguido por la Diputación de Bizkaia con el premio Utopía

comisario de tierra santa Otra actividad que Jesús llevó a cabo "con mucho mimo" fue la atención de Tierra Santa. Así, este guipuzcoano promovió peregrinaciones a los lugares santificados y se encargó de recaudar fondos para la atención de los Santos Lugares.

Aparte de lo ya señalado, Jesús fue organista oficial en los conventos y parroquias donde ha vivido. En definitiva, Biain ha sido un hombre "de gran corazón, muy seguro de sí mismo, retrato vivo de su padre Clemente, conversador y dado a la broma, dispuesto en todo momento a hacer el bien al prójimo", le adjetivan sus compañeros y subrayan que "Dios le ha acogido en sus brazos, precisamente en las fiestas entrañables de la Navidad". La misa funeral se ofició con cuerpo presente el 27 de diciembre en la iglesia parroquial de San Antonio de Padua de los padres franciscanos de Irala. El primero de enero, sus compañeros celebraron una eucaristía homenaje en agradecimiento a su labor desinteresada.