La oposición exige a Celaá "rigor educativo" en el euskera
PNV, EA y Aralar piden a Educación que primero se establezcan los objetivos lingüístos a alcanzar
Bilbao. No por lógica o esperada, la iniciativa del Gobierno vasco de conceder el EGA junto al grado universitario y un perfil lingüístico intermedio al final de la ESO al alumnado euskaldun cuenta con el respaldo unánime del arco político. No, al menos, en las condiciones planteadas, aunque la medida ponga fin a la injusticia que sufren los estudiantes de modelo D que para acreditar su conocimiento de euskera a la hora de acceder a un puesto de trabajo tienen que pasar un examen extra -de EGA, PL1 o PL2-, cuando se supone que tras 15 años en la enseñanza reglada saben o deberían saber euskera. Nadie se plantearía lo mismo con el castellano o con las matemáticas, por ejemplo.
PNV, EA y Aralar exigen al Gobierno vasco "rigor educativo" y resolver una cuestión previa que el PSE-EE se encargó de enterrar nada más acceder a Ajuria Enea: fijar los objetivos lingüísticos mínimos de euskera a alcanzar por el alumnado en la enseñanza vasca al final de la Obligatoria. Este requisito dinamitó el proceso para superar el actual sistema de modelos, condición que la consejera de Educación, Isabel Celaá, se ha cuidado de abordar al presentar el Marco de Educación Trilingüe. Sin embargo, establecer esos objetivos que se van a acreditar está en la base de la propuesta lanzada el martes por la consejera de Cultura. Y es algo que ni Blanca Urgell ni Isabel Celaá han respondido aún.
"Esperemos que no quede en un mero titular para desviar el foco de atención de las críticas por las reducciones realizadas por HABE en la financiación de los euskaltegis públicos y privados", afirmó ayer la parlamentaria del PNV Arantza Aurrekoetxea. Consideró que la medida anunciada no aporta ninguna novedad puesto que "la venía trabajando el anterior Gobierno para responder a la demanda de reconocimiento y de impulso a la enseñanza en euskera".
Tal y como dijo, el Gobierno Ibarretxe, tras elaborar el Decreto que establecía la equivalencia entre las distintas certificaciones de conocimientos de euskera -34 titulaciones quedaron reducidas a 4-, abordó el análisis del valor acreditativo de los conocimientos lingüísticos que han de otorgarse a la enseñanza Primaria, Secundaria y Superior. Así a finales de 2008 encargó un estudio preliminar para definir el ámbito del análisis, la diferente tipología de centros de enseñanza, etcétera. "Parece que el Gobierno actual va a proseguir con el trabajo, de lo cual nos alegramos. Si bien desconocemos los pasos que ha dado y cuáles van a ser las premisas de sus análisis", señaló Aurrekoetxea.
En opinión de la parlamentaria jeltzale, la iniciativa es viable "siempre y cuando se efectúe con el suficiente rigor y técnicamente de manera intachable". Este estudio, añadió, "tiene que ir ligado al establecimiento de los objetivos lingüísticos mínimos a alcanzar en cada etapa por la mayoría del alumnado", lo cual aún es una incógnita. "El PNV se lo lleva reclamando al Gobierno cada vez que tiene ocasión: es fundamental que se concrete el nivel de euskera y castellano que ha de alcanzar el alumnado a la finalización de la ESO". Y es que, sólo de este modo "se podrá reconocer y acreditar un nivel de euskera si ese nivel de euskera constituye un objetivo a alcanzar por el alumnado y si se han dispuesto los recursos necesarios para que pueda alcanzarlo. No se puede empezar la casa por el tejado".
Aurrekoetxea censuró la aparente precipitación del Gobierno López, al pretender poner en marcha la propuesta a partir de 2012. En este sentido, desde el PNV consideran que primero hay que experimentar. "Nunca hemos sido partidarios de las prisas, y menos en esta materia. No se pueden sacar conclusiones de forma precipitada y en falso. Por ello, vamos a hacer un seguimiento exhaustivo de todo el proceso".
Igual de vigilantes estarán desde EA, que ayer solicitaron la comparecencia conjunta de Urgell y Celaá para explicar sus intenciones. Juanjo Agirrezabala consideró que el planteamiento sobre la concesión del EGA o de un título análogo al alumnado que haya cursado en modelo D todas sus etapas educativas, incluido el periodo universitario, "es una idea muy poco fundamentada que carece de rigor educativo". Opinó que "el Gobierno quiere llegar a la meta antes incluso de haber echado a andar". En este sentido, añadió que "el planteamiento de Urgell tendría sentido si desde Educación se hubieran fijado con antelación los objetivos lingüísticos a cumplir por el alumnado en la ESO y en Bachillerato".
Por su parte, el parlamentario de Aralar, Mikel Basabe, señaló: "Nos parece que es una medida que no está contrastada, no ya con el sector educativo, ni con HABE, o el sector de la euskaldunización de adultos, sino dentro del Gobierno. No nos parece muy lógico que se esté planteando esta medida, precisamente, en el momento en el que desde Educación nos están intentando vender el modelo trilingüe en el que, en principio, los tres idiomas serían vehiculares con el mismo porcentaje de horas lectivas".
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