Bilbao. La crítica ha dicho de él que su sola presencia era un hecho artístico. El que fuera pionero bailarín de butoh japonés y un gurú y figura espiritual en este arte vanguardista que surgió en los años 50 y que sienta sus bases en el budismo zen y el teatro noh, Kazuo Ohno, murió el pasado día 1 a los 103 años de edad.

Ohno nació en la ciudad de Hakodate en 1906. Después de graduarse en la Escuela Atlética de Japón, comenzó a trabajar como profesor de Educación Física en la escuela Kanto Gakuin, una escuela privada cristiana en Yokohama. Su vocación por la danza surgió en 1929 al ver en escena a la bailarina española Antonia Mercé Luque, conocida como la Argentina, con la que quedó absolutamente impresionado. En sus inicios estuvo con dos de los pioneros de la danza moderna de Japón, Baku Ishii y Takaya Eguchi.

En los años 50, Kazuo Ohno conoció a Tatsumi Hijikata, quien lo inspiró para empezar a experimentar con butoh (originalmente conocida como ankoku butoh o danza de la oscuridad). Este estilo surgía en una época convulsa en la posguerra japonesa. Hijikata, quien rechazaba las formas más populares de danza occidental, desarrolló los vocablos de los movimientos e ideas que más tarde, en 1961, él llamaría ankoku butoh. En 1959, Hijikata creó uno de sus primeros trabajos de butoh, Kinjiki (Colores prohibidos).En 1960 Hijikata y Ohno iniciaron una relación laboral conjunta.

Bajo la dirección de Hijikata creó dos grandes obras, Mi Madre y Mar Muerto,presentándolas junto a su hijo Yoshito Ohno. En 1977 Ohno estrenó la obra Admirando a la Argentina,un homenaje a Antonia Mercé, también bajo la dirección de Hijikata, que recibió el premio del Círculo de la Crítica Dancística. Toda su carrera fue muy premiada. En 1993 recibió un premio especial de la prefectura de Kanagawa, otro premio de la ciudad de Yokohama, y el premio Michelagelo Antonioni de las Artes en 1999.

Considerado como uno de los más grandes maestros de butoh, Ohno ha hecho giras por Europa, Norte y Suramérica, Australia y Asia y los estudiantes que seguían su carrera se interesaban en un aprendizaje más ecléctico e individual de butoh. En años recientes se presentó en Hong Kong, Corea, Singapur, Taiwán, Indonesia, Francia, España, Din amarca, Polonia, Canadá y los Estados Unidos.

cine y literatura El bailarín también coqueteó con el cine apareciendo en los años setenta en importantes películas del director japonés Chiaki Nagano, como como El Retrato del Señor O (1969), Mandala del Señor O (1971) y El Libro de la Muerte del Señor O (1973). También participó en La Escena del Alma (1991) de Katsumi Hirano y en Kazuo Ohno (1995) de Daniel Schmid.

También llevó la danza a la literatura y escribió tres libros sobre butoh, El Palacio se Alza hasta el Cielo, una colección de ensayos y fotografías, Dessin, con dibujos y anotaciones sobre sus creaciones de butoh, y Palabras del Taller, una colección de charlas dadas en su taller. Además de esto se ha publicado Alimento del Alma que contiene una selección de fotografías que van desde los años 30 hasta 1999.

Durante la última década, con más de 90 años y postrado en una silla de ruedas, siguió enseñando y realizando performances junto a su hijo Yoshito. En octubre del año 2006, poco después de su 100 cumpleaños, una editorial japonesa publicó un libro en homenaje al bailarín con fotografías del máximo representante de la fotografía japonesa moderna, Eikoh Hosoe, titulado El sueño de la mariposa.