El Athletic se juega mucho en el derbi. La clasificación no permite fallar en un partido de los que gusta ver y, sobre todo, al futbolista, disfrutarlo en el campo. Buen ambiente garantizado y en esta ocasión fair play previo. Poco ruido, la Semana Santa ha ayudado bastante. Es verdad que las plantillas son tan distintas que los colegueos de antaño se echan un poco de menos, pero es lo que tiene el fútbol moderno. Los de Valverde están en deuda. Hay quien pensará que con la afición. Yo creo que lo están, sobre todo, consigo mismos. Después de la eliminación ante Osasuna es necesario que en su casa, San Mamés, la tropa de Ernesto cuaje un buen partido y llene de autoestima su mochila personal. Reivindicarse cada uno desde su demarcación se antoja obligatorio. Se gana por ser un gran equipo. La victoria de Cornellà está muy bien pero en La Catedral, bastante mejor. Además, este es un duelo siempre especial.

Obviamente, también los aficionados merecen una alegría en forma de tres puntos. Los jugadores son conscientes y lo tienen en la cabeza. Hay muchas ganas de celebrar con la hinchada una victoria. Curiosamente son más de dos meses sin vencer en su estadio. Esta mala racha hay que finiquitarla cuanto antes. No es normal y todos tienen claro que Europa pasa, en gran medida, por ser fuertes como locales.

La hora del choque, muy temprana, no debe restar ambiente. Lo normal es estar con el café de la sobremesa, pero habrá que adelantarlo. Somos muy de costumbres y, precisamente, no podemos perder la de apoyar y animar desde el primer minuto. Va a ser un encuentro difícil por la calidad del rival y por lo que también se juega. La rivalidad y los piques entre aficiones, otro aliciente más a sumar para el espectacular menú futbolístico que se nos viene. Pasen, vean, disfruten y si gana el Atheltic, mucho mejor.