EL alemán Rudiger Dornbusch fue una de las grandes referencias de la economía en los 80 y 90 del siglo pasado. Profesor en varias universidades estadounidenses –incluido el prestigioso MIT–, aclamado por sus teorías sobre los precios y los tipos de cambio; tenía el don de explicar con sencillez los problemas macro, plantear soluciones y expresar sus ideas en frases dignas de grabar en piedra. Una de ellas es la ley de Dornbusch: La crisis financiera tarda mucho más tiempo en llegar de lo que tú piensas y luego sucede más rápido de lo que podrías pensar. Así que tienes la oportunidad de equivocarte dos veces [si no tomas medidas para que no llegue]. Alguno de sus alumnos, entre ellos el premio Nobel Paul Krugman, aclararon después que Dornbusch consideraba que la regla también es aplicable al ámbito social y político. Krugman pone el ejemplo de la Primera Guerra Mundial. Su origen se remonta a las guerras napoleónicas, a principios del siglo XIX, pero el conflicto se desató muy rápido tras el atentado de Sarajevo cien años después. Salvando las distancias, viendo el entorno político español, quién sabe si se ha desatado ya la crisis por no haber sabido sumar a los nostálgicos del franquismo a la democracia o si lo peor está por llegar. Por si acaso, otra frase de Dornbusch: “Doy la bienvenida al conflicto de ideas porque al final, después de una buena discusión, salgo y me doy cuenta de que he tomado el 30% de los argumentos del otro. Así es como crecemos y aprendemos”.