La mar al frente y el miedo bajo tierra, en los búnkeres que allí se socavaron, en la cumbre de las montañas. Les hablo de Punta Lucero, un pequeño monte en tierras de Zierbena que puede considerarse atalaya y vía de entrada de la ría Nervión. Desde el siglo XVI se remarcó el valor estratégico de la zona. Allí se crearon unas primitivas construcciones defensivas, es posible que alguna torre de vigilancia. Más tarde fueron los carlistas cuando en 1876 construyen ciertas trincheras en la zona. Pero sin duda fue en los albores de la Guerra Civil cuando ganó importancia.

Varias de las trincheras carlistas fueron readaptadas en la creación del Cinturón de Hierro que envolvía Bilbao. Para ello se instalaron 6 obuses modelo 1891 que incluso llegaron a repeler al crucero Canarias que se había adentrado demasiado en la boca del Abra. Tiempo después Franco llegó a sentir miedo, si se considera que en 1945 Hitler y Mussolini caían bajo el fuego de los Aliados. Se quedaba sólo en su dictadura. Ese temor a una posible invasión hizo que se desarrollaran una serie de planes para proteger las costas de Bizkaia. Desde el día en que la Europa ocupada cayó, Franco esperó su propio Día D.

Tanto la batería costera de Punta Lucero, que aún hoy día conserva sus 4 cañones Krupp de 150 mm, como la más antigua, situada por debajo de la anterior, no pertenecen a las fortificaciones del Cinturón de Hierro, pero están intrínsecamente unidas a este patrimonio, tanto en un contexto geográfico –por coincidir con su trazado– como histórico. La batería antigua tuvo su protagonismo durante la Guerra Civil, a pesar de que sus viejos obuses Ordoñez eran totalmente obsoletos en 1937, y se mantuvo operativa hasta la entrada de las tropas franquistas, como atestiguan las imágenes que se conservan en diferentes fondos. A principios de los años 40 se construyó la que existe hoy en día, dentro de un plan general para potenciar toda la artillería de costa a fin de evitar una hipotética invasión durante la Segunda Guerra Mundial como les decía, siendo desactivada a finales de los años 70.

Destino de montañeros

El farallón rocoso de Punta Lucero en Zierbena es hoy en día un destino habitual para montañeros, senderistas y ciclistas de monte; al llegar a la cumbre, todos ellos obtienen la recompensa de unas espectaculares vistas de la costa cantábrica desde el Cabo Billano (Gorliz) hasta Santoña, así como la Ría del Nerbioi-Ibaizabal, los pueblos ubicados en sus márgenes y la ensenada de Muskiz. Del mismo modo, los que se animan a hacer cumbre en este cabo entre la playa de La Arena y el puerto de Zierbena se sumergen, como les he ido contando, en las fraguas de la guerra que mira al mar. Hay otros puntos de vista. La construcción del dique de Punta Lucero, supuso un antes y un después en el desarrollo gasístico de Euskadi. Todo un hito en la historia de Bizkaia, una ejecución que vino a representar el cierre del área marítima denominada Abra Exterior.

Los entresijos previos a este momento fueron numerosos; un puñado de situaciones complicadas que toman como punto de partida el transporte petrolífero, unos inicios que se remontan a 1957 cuando, tras la ocupación del Canal de Suez, las compañías internacionales petrolíferas comenzaron a buscar rutas alternativas para traer el petróleo del Golfo Pérsico.

Por aquellos años el Canal de Suez resultaba demasiado peligroso y no había otra alternativa que circunvalar el continente africano por el Cabo de Buena Esperanza, lo que suponía un viaje larguísimo de aproximadamente 11.000 millas al cual había que buscarle la máxima rentabilidad. Para conseguirlo se pensó en grandes petroleros, de 300.000 TPM, a través de los cuales se podía transportar muchas más toneladas de combustible. El problema llegaría después, a la hora de fondearlos. Ahí nació el origen del Superpuerto.

Luzuero

¿Quieren alguna curiosidad más? Por ejemplo, cabe reseñar que aunque en la actualidad el nombre de la cumbre es Lucero o Punta Lucero, todos los registros históricos indican que la voz exacta es Luzuero. El diccionario histórico de Madoz refiere, sobre Punta Luzuero, de la siguiente manera. “Punta de tierra en el océano cantábrico a 18º 38’ long. 43º 23’ lat. sept. Es la punta occidental de la concha de Bilbao, de cuya villa dista poco más de seis leguas al n.o.G.A.”. Las notas del alpinismo de A. Ferrer también hablan de Luzuero. El archivo histórico municipal de Portugalete (1525) lo nombra, asimismo, como Luzuero. Parece claro, por tanto, que Punta Lucero es una evolución.

Las vistas que le regala a uno la cumbre son espectaculares, más allá del propio Cantábrico, a la izquierda el Serantes, enfrente en primer termino, La Quemada detrás, como no, Montaño, y al fondo, la zona de Los montes de Triano.

A no ser que se trabaje en el Puerto es muy probable que se desconozca la existencia de una enorme alegoría que ensalza la construcción del superpuerto y la tradición comercial y marinera de Bilbao y los pueblos de la ría y su Abra. La obra, realizada en hierro y de unos 8 metros de anchura, está instalada en el extremo del espigón Punta Lucero, en cuyos diques atracan los petroleros. En ella se representa una carabela con las velas henchidas por el viento y un mapamundi en el que únicamente se aprecia el continente americano. Se completa con diversos motivos marineros: rosa de los vientos, olas, un ancla y la leyenda “Puerto de Bilbao, 1972-1975”.