Hoy, qué remedio, toca Putin como plato casi único. Todos los opinateros, incluido el que firma esta recolecta de entrecomillados, sentimos que tenemos algo que decir sobre su último ucase o “decreto del zar”, como aprendimos en los crucigramas. Y no nos ponemos de acuerdo en si la movilización de 300.000 pobres diablos rusos y la amenaza de apretar el botón nuclear es para ponerse a temblar o el anticipo de su derrota. Veamos qué dicen nuestros habituales suministradores…

"La única opción parece una negociación que otorgue a Rusia la injusta posesión de los territorios ocupados"

Francisco Marhuenda (La Razón)

De saque, nos encontramos cabizbajo al habitualmente brioso Francisco Marhuenda. Tanto, que en su moralina diaria en La Razón aboga ya por entregar la cuchara: “La única opción parece una negociación que otorgue a Rusia la injusta posesión de los territorios ocupados y la seguridad de que Ucrania mantendrá una estricta neutralidad. En todo caso, lo que es evidente es que la derrota o la retirada no es una opción para el Kremlin”. Vamos, que está a un minuto de pasarse a los que reclaman, al fondo a la izquierda, la “diplomacia de precisión”, qué cosas.

Más animado, el editorialista de ABC se a punta al quién dijo miedo: “Las amenazas apocalípticas de Putin pueden parecer temibles, pero hay que recordar que las hace alguien que ha fracasado en su intento de aplastar a un país mucho más pequeño que el suyo, y que su Ejército se ha comportado hasta ahora como una banda de criminales”.

"El Kremlin no solo está perdiendo la guerra, sino que lo está haciendo de forma estrepitosa"

J. I. Torreblanca (El Mundo)

El analista internacional de El Mundo José Ignacio Torreblanca también figura en la nómina de optimistas que ven al sátrapa del Kremlin a punto de echar la rodilla a tierra: “El decreto de movilización parcial firmado por Putin ayer pone negro sobre blanco que el Kremlin no solo está perdiendo la guerra, sino que lo está haciendo de forma estrepitosa”.

Abundando en la tesis de su experto, el editorialista del diario de Unedisa añade unas gotas a la botella medio llena. Con un poco de suerte, a Putin no le ganarán los ucranianos sino sus propios súbditos cabreados: “Hasta ahora la carne de cañón provenía de zonas remotas, pero la imagen de ataúdes de soldados –el Kremlin reconoce unos 6.000 muertos frente a los 80.000 que calcula Washington– llegando a Moscú o San Petersburgo puede cambiar la percepción de una sociedad ahogada en propaganda e incluso precipitar una conjura para apartar a Putin del poder”. Ya podía caer esa breva.

"Estamos a todas luces ante el momento de mayor debilidad de Putin"

Marcel Gascón (Libertad Digital)

En Libertad Digital, el estratega de ocasión Marcel Gascón nos ilumina con la receta para darle la puntilla al tirano: “Estamos, a todas luces, ante el momento de mayor debilidad de Putin. Es momento de armar más y más rápido a Ucrania, para que su ejército aproveche el impulso y derribe al último Hitler, o si lo prefieren al último Stalin, que busca imponerse en Europa”. Si fuera tan fácil…

Ahí tiene la comunidad internacional una apelación. Y aquí le viene otra de puño y letra de Pedro J. Ramírez, director de El Español. Atiendan, gerifaltes de Occidente: “Hoy más que nunca EL ESPAÑOL exige unidad a los países de la OTAN y de la UE frente a las amenazas de Putin. Porque sean estas una amenaza real o un farol, la estrategia a seguir en ambos casos es la misma. La solidaridad granítica del bloque occidental”. Ya han visto que no pide. Exige.

Terminamos como empezamos, con las tribulaciones de los más cenizos. Ramón Pérez-Maura es uno de ellos. El escriba de El Debate tiene muy malas vibraciones: “Me temo que la cuestión ya no es preguntarse si Putin usará armas nucleares. En su discurso del miércoles a primera hora de la mañana ya ha advertido que puede hacerlo. Y esto es como cuando tenía a sus tropas de maniobras en la frontera ucraniana y algunos no querían creer que invadiría de verdad”.

Miquel Giménez todavía es más apocalíptico. “Esto no puede acabar bien”, se titula su descarga en Vozpópuli. Está muy preocupado el hombre: “Borrachos todavía tras el espejismo de lo que bien podrían ser las últimas vacaciones relativamente normales en nuestras vidas, nos negamos a asumir, como la sociedad inmadura que somos, la leche que nos va a dar la economía – es posible que estas navidades España esté en recesión -, la que nos va a dar la política – España está a punto de estallar socialmente -, o la que recibiremos como socio de la UE y la OTAN a la que Putin decida ir más allá de lo que ha hecho hasta ahora”. ¡Haaaala!