LOS viejos vecinos clásicos de San Francisco –que los hay y que alguno de ellos bien conozco, por mucho que algunos de ustedes identifiquen esta calle única y exclusivamente con el lumpen...– hacen una evocación al santo para que la renovación y modernización de la calle, antaño paraíso de las diversiones del Bilbao más golfo y desde los años ochenta tierra en plena decadencia, se lleve consigo todo el mal que la ocupa. Han oído, además, que las obras de la llegada del TAV alumbrarán toda la zona y creen que sí, que ahora es posible recuperar la luz de entonces.

Esa es una parte del vecindario, claro está. Allí conviven, además, un sinfín de culturas que le han dado al barrio un carácter peculiar, original y moderno en según qué tramos se detenga uno. El Plan Zubirik 2021-2025 pretende dar continuidad y completar los trabajos desarrollados en el contexto de planes elaborados con anterioridad en los barrios de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala de la villa de Bilbao.

Desde finales del siglo XX estos barrios han sido objeto de especial interés, desarrollándose diversas iniciativas en su espacio físico encaminadas a mejorar sus infraestructuras y su parque de viviendas, así como la calidad de vida del vecindario. Se trata de unos barrios con una alta densidad de población, multiculturales y jóvenes. Tienen una percepción de la calidad de vida inferior a la media de Bilbao: en el conjunto de los tres barrios su satisfacción con la calidad de vida se queda en los 6 puntos mientras que en el conjunto de Bilbao asciende a 7,4 puntos. Ahora que lo pienso a la luz de los datos, parte de la juventud también deseará el cambio.