DE pueblo en pueblo, el eco de la Korrika lo pregona el viento y las gentes que trabajan duro en las zanjas del día a día del euskera, fajándose en medio de la tempestad de las dificultades, aferrándose al ímpetu de una lengua cuya bandera se iza desde el compromiso personal, pero que ondea cuando la sociedad, el pueblo, la acoge como normal y propia. La llegada de la Korrika, que lleva en su interior tantos esfuerzos, se anuncia como la salida del sol en el camino, allá en las rutas de Iparralde donde se asoma una primavera cargada de sucesos en las tierras del norte.

La madre Teresa de Calcuta usó la voz del pueblo para explicarlo mejor que nadie: “Cuando no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón, pero nunca te detengas”. Pararse es correr, correr el riesgo de que se olviden las razones que impulsaron la marcha, que provocaron que los corazones se acelerasen tras un sueño que, año tras año –y se aproximan ya a las bodas de plata con sus 23 años de vida...– mantiene viva la llama. Korrika nació en defensa del euskera y más dos décadas aún flamea el fuego de esa trepidante antorcha.

El lema de este año será Harro Herri, queriendo mostrar el orgullo que la comunidad euskaldun siente hacia el euskera. Por otro lado, este año será homenajeado el colectivo Azterketak Euskaraz. Según señaló la coordinadora de AEK Ane Elordi “una parte de la juventud, en un momento decisivo de sus estudios, decide reivindicar los derechos lingüísticos que les pertenecen, sabiendo que esa elección tendrá consecuencias en su carrera académica”. Es por ello, que Korrika suma el hombro a su lucha y quiere ser el altavoz de la situación que viven.

Durante tantos y tantos años malvivió el euskera entre tinieblas, en las sombras, que es cuestión de apreciar esos rayos de luz que hoy marcan el camino. La travesía de Korrika pasará por Bilbao el 21 de marzo y llegará a Baiona dos días después. ¿Es ese el punto de salida de una primavera singular? Por Iparralde pasará la antorcha olímpica, camino de París, y por sus pueblos se desplegarán un sinfín de degustaciones gastronómicas, Se hablará de la cesta punta y de los secretos que guarda, y de las antigüedades o de la alpargata. Será, según atestiguan, una primavera diferente, singular. Y en ella se escuchará el grito alegre y firme del pueblo en pro del euskera.