El Parlamento Vasco ya ha echado a andar bajo la batuta, por cuarta vez, de la jeltzale Bakartxo Tejeria. La veteranía de la que puede presumir la presidenta contrasta con una amplia renovación de parlamentarios y parlamentarias que tendrán en Tejeria un espejo en el que mirarse a la hora de saber hacer de manera elegante y cordial el trabajo en la institución. Alejada de la crispación y el insulto instalados en otros lugares como el Congreso de los diputados (y diputadas), la Cámara vasca ha iniciado su XIII legislatura con certezas y, también, incertidumbres. Aunque hacer predicciones sobre lo que todavía no ha pasado puede dar mal fario, se da por seguro que PNV y PSE lograrán consensuar un programa de gobierno que Imanol Pradales deberá cumplir como nuevo lehendakari. Una certeza. Como incertidumbre está el papel que quiere jugar EH Bildu en este nuevo tiempo político. Su todavía candidato a lehendakari pero no jefe de la oposición de momento según sus palabras, Pello Otxandiano, advertía el miércoles en una entrevista radiofónica que el acuerdo entre jeltzales y socialistas generará “muchas hipotecas y muchas puertas cerradas”. Y reclamaba para la izquierda abertzale un papel predominante de cara a los próximos cuatro años en una suerte de tercer socio sin serlo. Una legislatura da para mucho en política. El éxito electoral cosechado el pasado 21 de abril por EH Bildu puede verse deteriorado con el paso del tiempo y hacer retroceder en apoyo social. La incertidumbre de no saber encontrar un espacio propio en el tablero de juego ha despertado en EH Bildu un temor expresado por Otxandiano de manera velada. Lo que no aclaró el líder abertzale es si su oposición será constructiva o lo contrario, de puro bloqueo. De nuevo incertidumbre. Ha comenzado la XIII legislatura del Parlamento Vasco.