Bueno, pues ya está. Mañana es el día. Dejamos atrás una campaña llena de pronunciamientos, dimes y diretes, promesas sin números que aclaren cómo se pueden hacer realidad y mensajes apocalípticos que contrastan con una Euskadi que presume de ser uno de los países del mundo donde se goza de un alto bienestar. Y, no menor, ha terminado una campaña empañada por un injustificable ataque al candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales. Hoy toca reflexionar sobre lo escuchado y leído. Toca tomar conciencia y consciencia de si quienes nos dirigen (o nos van a dirigir) responden a unas determinadas líneas éticas y morales. Ello obliga a darle una vuelta sobre quienes queremos que ocupen la Lehendakaritza los próximos cuatro años. Porque al depositar la papeleta asumimos que compartimos, como defiende el PP, que hay demasiada gente que vive de la RGI, como si esta importante ayuda social fuera percibida por vagos y maleantes. Qué decir de EH Bildu y su candidato Pello Otxandiano, incapaz de llamar a las cosas por su nombre, que no es otro que terrorismo cuando se habla de ETA. ¿Veremos un lehendakari que considera que no sufrimos terrorismo? Quizás sea por evitar incómodas preguntas es por lo que no hemos contado con una entrevista suya en DEIA durante las dos semanas de contienda electoral. Un negacionismo de la violencia que sufrió esta sociedad durante décadas que ha sonrojado hasta al propio Gobierno de Pedro Sánchez por sus pactos con la izquierda abertzale en Madrid (allí válida) y que ha obligado a Eneko Andueza (PSE) a promulgar allá por donde va que en Euskadi con EH Bildu ni agua. Veremos a ver porque en la memoria sigue Patxi López, lehendakari con los votos del PP pese a jurar que no pasaría por ese aro. Hoy, como mandan los cánones, toca reflexionar -mucho- y mañana ir a votar.