Ayer Bizkaia vivió un momento único que rememorará siempre. En 1983 y 1984, yo tuve el honor de disfrutar de los títulos de Liga y Copa de aquel Athletic con el paso de la gabarra por la ría. En esta ocasión, mi hija también lo ha vivido en Portugalete, cuyo Ayuntamiento, gobernado por el PSE-EE, ha cometido, sin embargo, un acto discriminatorio con muchos niños y niñas de la villa. Solo 500 de ellos fueron los afortunados de presenciar el acto desde la privilegiada terraza de las piscinas municipales de Churruca, junto a varios monitores, por ser miembros de clubes deportivos. ¿Y qué ocurre con los que forman parte de colectivos de otra índole? ¿De los que sus familias pagan religiosamente el abono anual de esas instalaciones? ¿No tienen el mismo derecho esos niños y niñas que también aman al Athletic? ¿Por no ser parte de un club deportivo se les priva de esa posibilidad? Me suena a una especie de apartheid.