Martiko celebró el pasado 22 de marzo una nueva edición del Reto Martiko, un certamen que cumplió su décimo aniversario. La cita tuvo lugar en Basque Culinary Center y valió además para realizar un homenaje a los hermanos Hilario y Joxe Mari Arbelaitz, presentes en el evento, una familia siempre ligada a la marca en el añorado restaurante Zuberoa de Oiartzun. 

En el desarrollo del certamen, la ruta hacia la final de cinco propuestas implica un proceso de clasificación previa, meticulosamente evaluado por profesores de BCC, con el respaldo de Luis Brea, experto en I+D de la reconocida marca de Bera de Bidasoa. Para ello, los concursantes presentaron un recetario coherente junto con una fotografía del mismo, un storytelling y las fases de dónde forjó la idea. 

Trabajo en equipo durante el desarrollo del certamen. Cedida

Después, en la etapa final, tuvieron que preparar los platos seleccionados, y tras recibir el feed back por parte de los evaluadores (con el propósito de la búsqueda de mejoras), presentar sus creaciones culinarias ante un jurado compuesto por Brea, Ángel Fernández de Retana y un servidor, además de clientes reales en el día designado. 

Los títulos de las creaciones presentadas reflejaban las experiencias y sentimientos de todos los participantes, como Un recuerdo, una emoción, una aventura, de Martín Krause; El plato que terminó en Perú, de Joaquín Reusche; Meraki, de Blanca Lahoz; el postre llamado Café en Montmartre, de David Revoltós; y Sinfonía Martiko del ganador Andrés Tung.

Sinfonía Martiko, del ganador Andrés Tung. Cedida

El ganador

Sinfonía Martiko del ganador Andrés Tung, consistió en un mar y montaña compuesto de una cabeza de cigala rellena de emulsión de sus corales y foie con jamón de pato, un magret con demi-glace, una perfecta cigala confitada en grasa de pato, bisqué con caviar, salicornia crujiente de calabaza, puré de chirivía, menta y aire de Oporto, acompañado de un flan de maíz micuit, creme fraiche, aceite de cigala y chiles.

Andrés Tung, en los fogones. Cedida

Esta elaboración llevó al vencedor del certamen a ganar un premio de una beca de estudios Martiko para este curso académico 2023/2024, valorada en 4.900 euros.

Trabajo en equipo

En el proceso del concurso, el compañerismo entre los jóvenes en la cocina es una práctica que refleja una cultura de colaboración y trabajo en equipo. En este entorno, los roles se dividen en una dinámica variada, desde que cada uno asuma el rol de jefe de cocina, encargado de dirigir y coordinar la actividad, hasta el de los cocineros y cocineras que preparan los platos con intercambio y colaboración estrecha entre los estudiantes. Todo ello no solo fortalece los lazos entre ellos, sino que también fomenta un aprendizaje mutuo y el desarrollo de habilidades sociales y culinarias, dando una oportunidad de crear, coordinar o trabajar en equipo.

Otros pueden desempeñar tareas relacionadas con la organización de eventos o la gestión de pedidos, así como los encargados de la comida para la familia. Además, dentro de este contexto, también es importante reconocer la importancia de los roles de jefe de sala y camareros, quienes se encargan de la atención al cliente y de garantizar que la experiencia culinaria sea satisfactoria en todos los aspectos.

Foto de grupo de los participantes en el Reto Martiko 2024. Cedida

Historia del certamen

Desde su inicio en 2015, el certamen del Reto Martiko ha sido un escenario para destacar las habilidades culinarias alrededor de creaciones propias de los alumnos. 

En su primera edición, Martina Puigvert se alzó con la victoria, un logro que marcó el comienzo de una prometedora carrera en la gastronomía. Puigvert ha sido galardonada después con el premio especial Joven Chef 2024 en la última edición de la prestigiosa Guía Michelin, y actualmente comparte el delantal con su madre en Les Cols, un restaurante familiar establecido hace 33 años en la Garrotxa. El renombrado establecimiento, situado en Olot y con dos estrellas Michelin, es el fruto del arduo trabajo de sus padres, Fina Puigdevall y Manel Puigvert.

Además, a lo largo de los años, el Reto Martiko ha sido testigo del ascenso de talentosos jóvenes en el mundo de la cocina como Inés Castañeda, con experiencias en elBulli 1846, el actual proyecto de Ferran Adrià en Cala Montjoi, o Manuel Vargas, Alex Cortijo, Elena Martínez, Juan Manuel Garzón, Lander Cornago, Pablo Rodríguez Arias y Enzo Yoshii.