Los derbis generan una mayor carga de emotividad, pero también suelen marcar en el matiz clasificatorio. El que protagonizarán este sábado en Gobela, desde las 17.30 horas, Arenas y Gernika, dentro de la vigésimo cuarta jornada del grupo II de Segunda RFEF, ofrece esta doble lectura, con dos equipos que necesitan los tres puntos para acercarse a sus respectivos objetivos. El conjunto rojinegro, que dos semanas atrás cortó su ansiedad frente al Náxara al firmar su primera victoria del curso como local tras diez intentos anteriores baldíos, asume la presión, consciente de que el triunfo le permitiría aliviar un pelín su situación, ya que ocupa puesto de play-out con solo una renta de dos puntos sobre la zona de descenso, y de paso recortar diferencias con su más inmediato antecesor, el Mutilvera, que dista a siete puntos, un hueco llamativo entre dos posiciones. El conjunto foral, que venció en la pasada jornada al San Juan tras encadenar dos derrotas consecutivas, transita por la zona media de la tabla, pero en caso de asaltar Gobela supondría un paso de gigante hacia la tranquilidad definitiva y también para luchar por una plaza que da un billete a la próxima edición de la Copa.

Toño Vadillo, director deportivo y técnico del Arenas, pone el acento en la trascendencia que tiene el duelo para su equipo y no duda en calificarlo como una final. “Con la victoria sobre el Náxara nos quitamos en encima ese estigma de no ser capaces de ganar en Gobela y este derbi es una final para nosotros. Ganar nos impulsaría para dejar a los de atrás y engancharnos con la zona media, aunque recortar siete puntos son muchos, pero nos tenemos que volver a hacernos fuertes en Gobela, porque en lo que resta de liga nos tenemos que enfrentar a seis de los últimos ocho clasificados”, indica Vadillo, que recupera a Gabriel Lizarraga, que cumplió en Zubieta un partido de sanción, pero que pierde por el mismo motivo a Gonzalo Alfaro. El bilbaino intuye un encuentro “igualado, de mucha disputa, tenso e intenso” y resalta la motivación con la que acudirá un Gernika en el que ejercen un buen número de exjugadores areneros –Paul Álvarez, Gaizka Argente, Asier Parra, Antonio Ortega, Mikel Arzalluz o Kepa Vieites–, aunque confía en una victoria que “nos metería en el ajo”.

Un partido que para el Arenas cotiza a cuatro puntos después de las tablas firmadas en la primera vuelta en Urbieta y Vadillo cree que la clave se detecta en la pegada. “Ellos están más fuertes fuera que en casa y nosotros, aunque nos hemos liberado tras vencer al Náxara, seguimos siendo el peor equipo como local. Debemos ir a por el partido desde el minuto cero y seguir con la nueva dinámica tras hacer seis goles en los dos últimos partidos –Náxara (4-0) y Real Sociedad C (2-2)– con lo que nos costaba hasta hace muy bien poco hacerlos, pese a que tenemos mucha presencia ofensiva”, relata el técnico del Arenas, que del Gernika le preocupa “todo y nada”. “Es un partido especial y tienen jugadores que conocemos a la perfección, son buenos futbolistas, y el que marque primero puede que tenga ya mucho hecho”, sentencia.

Un Gernika que se presenta en Gobela después de superar al San Juan en Urbieta y sumar los mismos puntos, diez, que en la primera vuelta a estas alturas, por lo que Germán Beltrán, su entrenador, opina que el equipo foral llega a este derbi “con buenas sensaciones, con un colchón de dos puntos respecto a la zona baja que te da solvencia para trabajar un poco más tranquilo”. “Estamos ahí un grupete de equipos que queremos sacar la cabeza mirando hacia arriba, por lo que ganar supondría casi la permanencia porque ya para los de abajo les costaría salir y acercarse a nosotros. Hay que afrontar el derbi con mucha seriedad, pero si alguien tiene más presión, este es el Arenas, conscientes de que si estamos bien, somos muy competitivos”, afirma el turolense, que no podrá contar con Jon Agirrezalaba por sanción.

Germán, que completa su primera campaña al frente del Gernika, no duda que una de las claves en el derbi de su equipo radicará “en adaptarnos rápido al campo, que es diferencial y en el que el Arenas mete presión desde el inicio con un fútbol directo·. “Tenemos que entrar bien al partido, coger pronto las distancias, ser inteligentes en las segundas jugadas y conocedores de que a ellos les puede pesar la ansiedad, porque necesitan ganar. Tenemos, por tanto, que madurar el partido, que se decidirá por detalles”, argumenta el entrenador del conjunto foral, al que del cuadro rojinegro le preocupa “su juego directo y el balón parado, ya que es un equipo bien trabajo en este aspecto, por lo que debemos ser el Gernika de la buena cara y desde ahí estar correctos”.