CARTAGENA: Lizoain; Calero, Alcalá, Verdú (Min. 82, Olivas), Fontán; Alarcón (Min. 60, Mikel Rico), Musto; Jairo, Andy (Min. 82, Álamo), Narváez (Min. 88, Real); y Ortuño (Min. 60, Ortiz).

AMOREBIETA: Campos; Álvaro Núñez, Hernando, Etxeita, Félix; Troncho (Min. 80, Unzueta), Morán (Min. 69, Edwards), Carbonell (Min. 86, Eraso), Rayco (Min. 80, Morcillo); Dorrio y Jauregi.

Gol: 1-0: Min. 76: Andy, de penalti.

Árbitro: González Francés (Comité Las Palmas). Amonestó a Fontán, Andy y Lizoain, por el Cartagena; y a Álvaro Núñez, Félix, Dorrio y Etxeita, por el Amorebieta.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo cuarta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el Estadio Cartagonova ante 9.997 espectadores.

El Amorebieta continúa sin cerrar la sangría que le hunde un poco más en la última plaza de LaLiga Hypermotion, que se está convirtiendo en un vía crucis para un conjunto azul que volvió a hincar la rodilla en un partido en que fue víctima del infortunio en la acción del gol del Cartagena, en un penalti discutible cometido por Ryan Edwards, pero que el videoarbitraje detectó las manos involuntarias del australiano dentro de su área. Un detalle que solventó el encuentro del lado murciano, que alivia su clasificación, pese a que el Amorebieta no fue peor, incluso sacó un mejor fútbol que su rival sobre todo en la primera mitad, pero al que le penaliza su falta de pegada en esos momentos en los que saca su versión más creíble. La realidad es la que es y esta dice que el cuadro zornotzarra, el único equipo de la categoría que no conoce la victoria como visitante, enlaza ocho jornadas consecutivas sin ganar y su futuro se oscurece un pelín más, que ocasiona mayor carga pesimista en su entorno.

El duelo ofrecía trazas de final para un Amorebieta inmerso en una inercia muy negativa que, se quiera o no, genera ansiedad en los futbolistas, deseosos de romper con el mal fario. No en vano, el conjunto azul solo había sumado 2 de los 21 puntos anteriores posibles, un dato que retrata la dermis de un equipo hundido en la última plaza. Jandro Castro, además, necesita disfrutar de un triunfo que no saborea desde que ejerce en el cargo como relevo de Haritz Mujika, por lo que el de Mieres aplicó un plan ideado para batallar con garantías ante un rival directo que afrontaba el compromiso subido a la buena ola tras encadenar dos victorias consecutivas. Jandro tocó el once respecto al que compareció una semana atrás frente al Eldense con el regreso de Manu Hernando a la zaga, la presencia de Félix Garreta en el lateral izquierdo, la de Erik Morán en la medular en lugar del sancionado Sibo y la primera titularidad de Ángel Troncho, una de las tres novedades en el mercado invernal, en detrimento de Ryan Edwards. Un plan que funcionó en el primer periodo, pero no en el segundo.

Se conoce el credo de Jandro, que pide a sus equipos llegar arriba a base de posesión. Es una idea innegociable. Sus pupilos lo han asumido y así lo proyectaron en terreno enemigo, en un primer acto que se convirtió en un monólogo azul en cuanto a dominio, además de presumir de un mayor número de ocasiones. Pero a este Amorebieta le cuesta horrores hacer gol, de ahí que sea el segundo equipo menos anotador de la categoría. Morán y Carbonell cogieron el mando en la zona ancha, Álvaro Núñez y Troncho se asociaron por el costado derecho, Rayco se activó, Josue Dorrio aparecía entre líneas con Eneko Jauregi a la expectativa, conceptos que propiciaban las llegadas del cuadro zornotzarra, que, sin embargo, no sacó rédito a su superioridad sobre un Cartagena muy timorato. Troncho tuvo la primera en un remate de cabeza que se marchó fuera, el centro de Rayco no lo cazó ningún compañero y en plena dinámica ofensiva se gestó la oportunidad más clara, más bien una doble ocasión, cuando, primero, Lizoain sacó un golpeo a placer de Troncho y el rechace llegó a las botas de Dorrio, que la mandó al palo derecho de la meta local. Si monta un circo… El no gol supone un lastre que penaliza mucho. Así y todo, el Amorebieta siguió a lo suyo, aunque sin llegadas tan diáfanas como la anterior, salvo en un remate de Dorrio a pase de Félix que también se le fue desviado, en tanto que el Cartagena inquietó casi nada a los vizcainos, únicamente en un disparo suave de Calero, el hijo del entrenador efesé.

El retorno de vestuarios alumbró otro escenario. El Amorebieta arrancó de nuevo con dominio territorial, pero este se fue tornando artificioso con el paso de los minutos, una vez que los azules ya no presumían de la misma lucidez en la confección de juego, lo que les privó de acciones creíbles. Solo asomaron en un remate forzado de Jauregi y en un flojo disparo de Álvaro Núñez, que apenas molestaron a Lizoain. El colectivo de Jandro perdió punch y a la vez el Cartagena, con Mikel Rico –ex del Athletic y donde coincidió con los en esta ocasión rivales Etxeita y Morán– ya en el verde, dio un paso adelante, con lo que cambiaron los tiempos del partido. Fue el de Arrigorriaga el que espoleó a su equipo con un golpeo al larguero, de seguido la tuvo Jairo y poco después Edwards, recién incorporado al césped, cometió penalti, revisado por el VAR, al no poder evitar retirar el brazo izquierdo en un lanzamiento a puerta de Andy, que no falló desde los once metros. Una acción desafortunada que sentenció a un Amorebieta que con el transcurrir de las jornadas ve cómo la permanencia va camino de ser una quimera.