AMOREBIETA: Magunagoitia; Álvaro Núñez (Min 85, Mier), Hernando, Gayá, Garreta; Dorrio (Min. 85, Quintero), Sibo, Carbonell, Lasure; Avilés (Min. 77, Jauregi) y Morcillo (Min. 59, Edwards).

TENERIFE: Soriano; Buñuel (Min. 68, Belza), Amo, Loic (Min. 46, Alassan), Nacho; Corredera, Sanz, González (Min. 72, Sipcic), Teto (Min. 68, Romero); Ángel y Enric Gallego (Min. 46, Elady).

Goles: 1-0: Min. 26; Álvaro Núñez. 2-0: Min. 58; Avilés.

Árbitro: Lax Franco (Comité Murciano). Expulsó con roja directa al local Kwasi Sibo (Min. 47) y al visitante Elady por dos amarillas (Min. 88) Amonestó tambien a Morán, que estaba en el banquillo, por el Amorebieta.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la décima sexta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en Lezama ante 1.193 espectadores, de ellos más de 200 seguidores del equipo chicharrero.

Fin a la nefasta racha. El Amorebieta ha tenido que esperar dos meses y un día para volver a firmar una victoria que se le había resistido durante nueve jornadas consecutivas. Un triunfo que debe marcar un punto de inflexión para un conjunto azul que vio recompensado su ingente trabajo en un encuentro que tuvo que jugar en inferioridad numérica durante cuarenta minutos por la expulsión de Kwasi Sibo, en el que sacó el máximo rédito a sus contadas ocasiones de gol y en el que encontró a Jonmi Magunagoitia, un chico del pueblo, sustituto bajo palos de Pablo Campos y uno de los héroes del ascenso del curso pasado, como el guardián para superar en Lezama al Tenerife de Asier Garitano, que disfrutó de un buen número de oportunidades, pero al que le penalizó su ineficacia en el golpeo. Los goles mandan en el fútbol y el Amorebieta los ejecutó por partida doble para sumar tres puntos que le permiten relanzarse pero no para salir de los puestos descenso.

El Amorebieta debe haber sufrido una especie de vudú. Se conoce su necesidad de puntos, pero si ello no fuera poco, se le añadió un imprevisto que se sale de lo habitual. El colectivo zornotzarra afrontó el choque con el riesgo de disponer de solo un portero en la convocatoria, ya que a la ausencia de Pablo Campos, el titular, por su presencia con la selección española sub’21, se unió la baja de Unai Marino, el tercero de la lista, después de sufrir durante un entrenamiento en Urritxe una lesión en la mano izquierda, por lo que Jonmi Magunagoitia se quedó solo ante el peligro, ya que el club no había inscrito a un cuarto portero, como ocurre en las mayoría de los casos. Le tocaba, por tanto, a Haritz Mujika cruzar los dedos para que Jonmi no sufriera percance alguno, ya fuera por causa física o por una expulsión. La evocación a los dioses surtió efecto. Jonmi, una de las dos novedades en el once local junto a la de Josué Dorrio en detrimento de Ryan Edwards, no solo compitió los noventa minutos pasados, sino que también se convirtió en una de las claves del éxito de su equipo ante un Tenerife con varios ilustres veteranos en sus filas y cercanos a sellar su jubilación, como el lateral Nacho, de 34 años; el medio Aitor Sanz, 39 tacos; y los delanteros Ángel, 36, y Enric Gallego, 37.

Mujika se ha empeñado en jugar de inicio sin delanteros específicos. Así lo hizo en El Molinón siete días atrás y así fue en esta ocasión. Prescindió de un nueve clásico (Eneko Jauregi y el italiano Marco Da Graca ocuparon plaza en la banqueta) y apostó por tres interiores o extremos, según lo matice cada uno a su gusto, en busca de poner verticalidad y velocidad en sus acciones ofensivas. Es una idea que el pasaitarra la va interiorizando con el paso de los partidos. Lo cierto es que con este plan pierde presencia física en el área rival, pero gana en otros conceptos, como más llegada por los costados y más dinamismo para sorprender a los centrales opositores. El encuentro fue fiel a lo esperado, con mucho tacticismo y escasa brillantez. De la necesidad se hace virtud, una máxima que ha emergido en los últimos días en otros atriles ajenos al fútbol. La realidad, sin embargo, es esa. Las concesiones, por tanto, estaban vetadas en cada bando.

El Amorebieta, sostenido por Kwasi Sibo y Álex Carbonell en el doble pivote, metió el morro en las cercanías de Juan Soriano en un par de ocasiones, suficientes para llegar al descanso con ventaja. Dorrio, muy activo lo mismo que Jon Morcillo, avisó a los dos minutos, pero no fue hasta el 26 cuando Álvaro Núñez, un lateral que mira más hacia adelante que hacia atrás, se sacó de la manga una acción marca de la casa para batir con un excelso golpeo con la zurda la meta canaria. No es la primera ocasión que marca, ya lo hizo en Cornellà ante el Espanyol en una decisión similar, con lo que acentúa su perfil diferente. Con anterioridad la tuvo Enric Gallego en una buena contra dirigida por Ángel, pero el ex de Osasuna, ente otros equipos, se encontró con la inspiración de Jonmi, que sacó un pie prodigioso.

El Amorebieta tenía el partido donde quería. Pero el conjunto azul asume que su destino no conoce la paz, sino que le tiene guardado una extensa colección de disgustos, como el que padeció al minuto y medio de la reanudación, cuando Sibo vio la roja directa por una entrada sobre Aitor Sanz en la parcela ancha. Una polémica decisión del murciano Lax Franco que marcó un antes y un después. La adversidad, sin embargo, conlleva más sacrificio y solidaridad. El conjunto azul se creció en la tormenta, superó el shock inicial de la expulsión del ghanés y seis minutos después de la misma armó una contra de manual con Morcillo y Dorrio que culminó Javi Avilés para firmar su primer tanto como azul y elevar el 2-0 al luminoso. Ver para creer. El Amorebieta, ya con tres centrales, se aferró a su doble renta, ya fuera por tierra, por aire o por mar, consciente de que el Tenerife insistiría en su política de acoso. Asier Garitano movió piezas, Gayá salvó el 2-1, Nacho disfrutó de otra ocasión... El partido ya se hacía largo para el conjunto de Mujika, que, así y todo, fue capaz de aguantar con un espléndido Magunagoitia y gozar de un triunfo que le supone toda una liberación.