EL proyecto de Arkote está forjado sin prisa. Cada año dando el paso adecuado y sin querer correr más de la cuenta. Crecer a partir de la gente de la casa y formar un bloque que le permita soñar cada curso con objetivos más ambiciosos. ARC-2, ascenso, consolidación en la ARC-1 y ahora derecho a soñar con el play-off de la ACT. Esos son los últimos capítulos del club plentziarra y todo ese proceso lo han vivido varios remeros formados en sus categorías inferiores. Uno de ellos es Jon Intxaurtieta (Plentzia, 1993). El vizcaino es un remero que siente el club con mucha fuerza. Llegó a él con solo diez años y más de media vida después sigue formando parte de su tripulación. Arkote es donde conoció el remo y se enamoró de él y por ello clasificarse para el play-off significaría mucho más que un logro deportivo, también sería la oportunidad de mostrar la delicada situación por la que pasa el club en estos momentos.

Arkote actualmente está segundo en la ARC-1, a cinco puntos del líder, San Pedro. Justo por detrás se encuentra Pedreña, también a la misma distancia. Los plentziarras están ante una buena oportunidad de luchar por entrar al play-off de la ACT, pero deberán seguir a este nivel en las cinco regatas restantes. “Sí que ha habido varias regatas que hemos perdido por poquito y nos ha dado rabia, pero pensándolo fríamente estamos haciendo muy buena temporada y habríamos firmado todos esto sin dudar”, afirma Intxaurtieta. Esta temporada, el equipo entrenado por Gorka Etxeberria ha dado un importante paso adelante, aunque el propio remero plentziarra considera que esto no es una casualidad: “Llevamos con Gorka tres años seguidos y solo con el bloque hemos ido pasito a pasito hacia arriba, sin quemar ni una etapa. Desde que estamos en la ARC-1 hemos ido cada vez mejor y este año empiezan a salir las cosas como nos gustaría a todos”.

Esta es la vez que más cerca ha estado Arkote de regresar a la máxima categoría. Sería la guinda para un proyecto que viene desde la ARC-2. Todo un premio para esa generación de remeros surgidos de la cantera que siguen desde entonces. “A mí me haría más ilusión conseguir el ascenso y remar en la máxima categoría con el equipo de mi pueblo, pudiendo quedar abajo, que remar en otro club y poder quedar más arriba”, afirma el plentziarra. Y es que para Intxaurtieta Arkote significa todo, “es una parte fundamental en mi vida” y no solo él mismo está metido en el club, también ha arrastrado a toda la familia. “Mi aita lleva la trainera y el carro, mi ama está en la directiva, mi hermana es enfermera y nos hace los análisis cuando hace falta… comencé yo primero y les he enganchado a todos”, añade. Un sueño por el ascenso compartido por toda la familia y que este curso aparece un poco más cercano.

SITUACIÓN COMPLICADA

Aunque los buenos resultados deportivos estén llenando de brillo la temporada de Arkote, no todo es sencillo en el club plentziarra. Hace dos años le informaron que debía abandonar las instalaciones y ahora mismo solo las pueden utilizar para guardar el material. Sin poder utilizar el gimnasio ni los vestuarios, los plentziarras deben adaptarse al nuevo escenario, pero es en lo económico donde más les afecta esta situación. “Nos dejaban gestionar el bar y eso lo teníamos como autofinanciación. Con el dinero que sacábamos de ahí tirábamos todo el año. Llevamos un par de temporadas sin saber lo que va a pasar, aguantando y viéndolas venir. Estamos con un poco de presión para hacerlo muy bien para que se vea que estamos de mala manera y seguimos compitiendo por subir a primera”, explica Intxaurtieta, que reivindica el valor de este club: “Mucha gente de la zona, aunque no sea de Plentzia, es de Arkote desde pequeño y es un club referente en el pueblo. Sería una gran pena que se acabe esto, dejando que se caiga el club y que no se pongan soluciones al problema que hay”.