ERA abrirse las puertas del Guggenheim y entraba la semifinal de Copa a la pinacoteca bilbaina. Una salmodia de bocinazos, coros y petardazos que, en otro momento, hubieran podido pasar por la banda sonora de una instalación de vídeo-arte sobre los convulsos tiempos que corren. Pero no. Se trataba de Bilbao entero, y resto del mundo, animando al Athletic por las calles del Botxo.
Claro que los coros futboleros no pasaban de la zona de entrada y solo al moverse las puertas. En el gran atrio central, una cuña de vidrio y luz en la noche, silencio para el discurso del director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, quien describió a la creadora iruindarra residente en Bilbao, June Crespo, como una de las artistas más influyentes del momento. Y se felicitó por la calidad y la importancia de una muestra que se inauguraba ayer, y que ha tardado cuatro años en reunirse.
Acompañaban a Vidarte en la tarima, además de la propia escultora, el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria; la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; la alcaldesa accidental, Amaia Arregi; y el comisario de la exposición, el iruindarra vecino de la villa, Manuel Cirauqui.
Entre las personalidades presentes se contaban también la diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte, Leixuri Arrizabalaga; la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui; la exsenadora y presidenta del Comité de Amigos del Guggenheim, Pilar Careaga, o Alberto Delclaux.
Acudieron la multipremiada escritora Miren Agur Meabe; el filólogo y miembro de Euskaltzaindia, Adolfo Arejita; el pianista y gerente de la Sociedad Coral de Bilbao, Iñigo Alberdi, además del abogado, expresidente del Athletic Club, Fernando García Macua, quien, como otras personas, salió a tiempo de llegar a su localidad de la Catedral; o el concejal del ayuntamiento de Getxo, Javier Elorza.
Asistieron el fotógrafo Mikel Eskauriaza, la artista Miren Arenzana o el autor y pensador Oier Etxeberria, así como Ana Sánchez Serrano, Carmen Abad, Ikerne García, Ana Sánchez, Arantza Inchausti o Begoña Artundo. Nutrida presencia de amigas y amigos del Guggenheim como Fortunata Martínez de las Rosas, Luis Mari Larrieta, Itziar Ormaetxe, Mari Mar Pardo y Javier Velasco ,o la Miembro Internacional, Montse González Cobreros.
No faltaron Viky y María Carricas, Javier Nebot, Asun Gómez, Luis Mari Valencia, los Eloy Pérez , padre e hijo, Erin Dávila, Eric Zelaya, Gabriela La Roca, Manu Blázquez, Javier Rodríguez, Juan Carlos Cordón, Ana Iturbe o Ana Zurro.
Mención aparte merecían Allegra Judici y Gerardo Biaccioni, con sus hijas Lidia y Bianca, y Chiara Tiberio, expresamente llegados desde Florencia a la inauguración. Se trataba de los propietarios de una de las obras de June Crespo, que disfrutan en su casa, cedidas al Guggenheim con motivo de la exposición monográfica.
‘Vascular’ se presenta con la idea de ofrecer una perspectiva sobre la obra de June Crespo invitándola, a la vez, a explorar dimensiones hasta el momento inéditas para ella. Las creaciones que forman parte de la muestra amalgaman elementos diversos, como moldes extraídos de plantas, ropas o telas usadas, piezas de construcción, vaciados de hormigón o revistas, y las ensambla y altera para generar una sensación entre monumental y orgánica, tan bella como inquietante.
Entre quienes lucían bufandas o camisetas del Athletic se contaba Nora López, acompañada por Javier Revilla. Contemplaban disfrutar de la inauguración y la obra artística para, después, participar en la performance con guión abierto de Licenciado Poza.
Sonó la música ambiente y comenzó el cóctel. Y seapreciaba a algunas personas inquietas. Como calentando por la banda.
