EL final de 2023 y los comienzos de 2024 congregan fechas conmemorativas alrededor de los centenarios de Eduardo Chillida, Antoni Tàpies y ahora el del escultor Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924-Hondarribia, Gipuzkoa, 2014), considerado uno de los principales renovadores del arte vasco de la segunda mitad del siglo XX. El Museo de Bellas Artes de Bilbao, que entre pandemias y obras de rehabilitación tanto tiempo lleva en cuarentena pero latiendo sin desmayo por el empuje de Miguel Zugaza y los suyos, inauguró ayer la muestra Néstor Basterretxea. Diseño y arquitectura y celebró la efeméride con la primera exposición monográfica sobre los proyectos y realizaciones del artista en las disciplinas del diseño industrial y la arquitectura. Más tarde, exhibirá las 18 piezas de la Serie Cosmogónica vasca. uno de los conjuntos más reconocidos de la escultura vasca de la segunda mitad del siglo XX, que Basterretxea donó al museo en 2008.

Comisariada por Peio Aguirre, Pedro Feduchi y Pedro Reula, la exposición reúne collages de proyectos arquitectónicos, piezas de diseño industrial, mobiliario, la memoria documental de la casa-taller de Irun proyectada junto con Oteiza y Vallet, volumetrías arquitectónicas de carácter utópico en papel, maquetas de arquitectura y urbanismo, documentación fotográfica… más de un centenar y medio de piezas, algunas radicales, muchas pioneras y no todas realizadas, reunidas en cinco grandes ámbitos que describen pormenorizadamente las principales contribuciones del creador vasco a los campos del diseño y la arquitectura en una labor catalizadora de sus inquietudes artísticas, técnicas y sociales. El hijo de Néstor, Gorka Barrenetxea, coordina todos los actos conmemorativos en torno al centenario del nacimiento del creador. Ayer estaba en el museo acompañado por una hermosa delegación de la familia. Entre ellos Piluka Bañares, Idoia Seijo, Mikel Basterretxea, Rosa Chanz, Matxalen Garamendi, Mari Barrenetxea, Mikel Mayoz, Mikel Barrenetxea y un puñadito más.

Tres discursos abrieron la inauguración: el de la alcaldesa de Bilbao en funciones, Amaia Arregi, quien habló de una “personalidad inquieta y abierta”; Emiliano López Atxurra, padre padrone de Petronor, quien dedicó sus palabras a la “modernidad de Néstor y su vínculo con nuestras raíces” antes de hablar de un “espíritu de apertura al mundo” y la “integración entre el arte y la empresa”, y los apuntes profesionales de Guillermo Zuaznabar, quien detalló la muestra en cuatro cuadrículas. Se le vio paseando por el museo a la escritora Rosa Montero. Marta G. Maruri lo controlaba todo.

Además de los ya citados, en la cita estuvieron presentes el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; la diputada general, Elixabete Etxanobe; la alcaldesa de Bilbao en funciones, Amaia Arregi; la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, Leixuri Arrizabalaga, Andoni Iturbe, Joxean Muñoz; el pintor Jesús Mari Lazkano; Beatriz Herraez, directora de Artium Museoa; Miriam Albizuri, Alberto Ipiña, Begoña Bidaurrazaga, Ibon Aranberri, sobre quien hoy perdura una exposición antológica en el Museo Reina Sofía; los galeristas Roberto Sáenz de Gorbea y Nacho Múgica quien se saludó con el artista Juan Pérez Agirregoikoa, que expondrá en Carreras Múgica a partir del viernes, Ismael Manterola, Juan Astiz; los artistas Asier Mendizabal y Mikel Eskauriaza; Javier Riaño, Fernando Gómez Durana, Jasone Astigarraga, Kontxu Uzkudun, Diana Rovira, Natxo Zuaznabar, Beatriz Zuaznabar, Lucía Casaus, Ainhoa Otaño, Iratxe Olando, Sergi Marco y otra mucha gente. La exposición acogerá una conferencia titulada Néstor Basterretxea. Diseñar para vivir, a cargo del propio Guillermo Zuaznabar en el mes de mayo.