El lunes el joven Érik Villarroel entrará en una nueva fase de la larga y dura recuperación de los graves daños cerebrales que le ocasionó el accidente que sufrió el 8 de diciembre de 2022 mientras jugaba con unos amigos. Dentro de menos de 48 horas, el joven futbolista de 17 años será trasladado en ambulancia desde el hospital de Gorliz a un centro especializado catalán, el Instituto Guttman de Badalona, clínica en la que trabajará duro para seguir avanzando en su recuperación. “Este traslado es posible gracias a cómo se ha volcado la sociedad y, en especial, el mundo del fútbol vizcaino con Érik, porque nosotros no hubiéramos podido costear esta clínica”, indicó Rober Villarroel, tío de Érik, quien puso el énfasis, sobre todo, en la gran familia del Sporting de Lutxana, el Sestao River y la Fundación Athletic, impulsores de la rifa que se organizó para recaudar fondos para Érik y cuyos ganadores se conocerán el próximo 3 de mayo. También la Federación Vizcaina de Fútbol se volcó con la causa donando entradas para la final de Copa y que han servido para generar un buen pellizco que permitirá que Érik pueda ser trasladado hasta esta clínica especializada en neruorrehabilitación.

Desde el hospital, el joven ha sido consciente de la ola de solidaridad que se ha generado en torno a su caso. Cada día está un poco mejor, avanza sin pausa y ya puede leer y empieza a comunicarse de forma ligera mediante el habla. “Saber que la gente se ha volcado así le ha dado más fuerza si cabe a Érik y él va mejorando poco a poco”, señaló el tío del joven. Ahora, tanto Érik como su familia saben que entran en una nueva fase, una etapa muy decisiva en el proceso de recuperación del joven. “Érik está concienciado y con muchas ganas de trabajar día a día para seguir mejorando”, desveló Rober Villarroel. Trabajo constante y sacrificado que pueden tener una grandísima recompensa; dar un paso muy importante en el larguísimo proceso de recuperación. “Necesitamos que su cerebro haga un clic y empiece a mandar al cuerpo órdenes para que ejecute movimientos”, subrayó Rober, quien asiste emocionado a los avances que, día a día, va experimentando su sobrino.

La solidaridad de la ciudadanía ha hecho posible que Érik tenga esta oportunidad de acudir a la clínica para poder seguir recuperándose. Pero se seguirán realizando diversos eventos solidarios para apoyar esta causa, puesto que la factura mensual por acudir a esta clínica asciende a 19.400 euros. Érik lucha de lo lindo para ganar su partido más importante y para ello cuenta con el apoyo del fútbol vizcaino.