Un piso para visitantes por cada 20 habitantes en Elantxobe y Mundaka

De hecho, varios agentes de Busturialdea, comarca que suma una veintena de municipios, ya están trabajando para tratar de controlar una situación que crece exponencialmente. En primavera del año pasado la asociación de desarrollo rural Urremendi, junto a las empresas turísticas aglutinadas en Tourdaibai y la asociación de alojamientos rurales Nekatur, además de los ayuntamientos de la comarca, manifestaron su preocupación por esta situación a través de un manifiesto en el que explicaban que desde noviembre de 2022 hasta marzo de 2023 los pisos turísticos crecieron de 306 a 355. Actualmente, esta modalidad de alojamiento en Busturialdea se dispara a los 472 inscripciones en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi (REATE), donde no se contabilizarían, si los hubiera, aquellos que operan de clandestinamente.

A raíz de la petición elevada a Eudel, el Departamento de Hacienda de la Diputación Foral de Bizkaia o el Departamento de Turismo del Gobierno vasco, Urremendi pasó a formar parte de un grupo de trabajo técnico en el que están presentes las tres capitales vascas y Zarautz. Aitziber Ansotegi, gerente de Urremendi, revela que están trabajando “con el objetivo de unificar unos reglamentos mínimos para ayudar a los ayuntamientos a que los integren en sus normativas específicas”. En ese sentido, indica que Bilbao y Donostia están “adelantados” en sus regulaciones, ya que hace años que pusieron coto a la proliferación indiscriminada de pisos turísticos.

En el caso de la capital vizcaina, desde 2018, tras la modificación de su PGOU, solo se permiten en las primeras plantas y, en el Casco Viejo, la normativa es aún más restrictiva: solo se autoriza uno por cada edificio residencial. “Creo que este tipo de normativas podrían valer también para municipios como Bermeo, que pueden considerarse urbanos”, considera Ansotegi.

Por de pronto, Mundaka es una de las localidades de Busturialdea que ha tratado de regular las viviendas turísticas a través de proposiciones plenarias. En la última sesión de la anterior legislatura, la propuesta de Tourdaibai y Nekatur solo contó con la aprobación del PNV, que tildaba de “excesiva” la presión turística de la localidad de 1.866 habitantes. Sin embargo, en noviembre del año pasado, el Consistorio liderado por EH Bildu y Herritar Alternatiba aprobó una moción para declarar la anteiglesia como zona tensionada para el alquiler de viviendas, además de para estudiar la modificación de su PGOU.

Al margen de las contrariedades que ocasionan las viviendas turísticas en las zonas urbanas, Aitziber Ansotegi revela que Nekatur, como asociación de alojamientos rurales de Euskadi, está impulsando otra línea de trabajo con el Gobierno vasco. “Quieren que a las viviendas turísticas se les pidan los mismos condicionantes que a las casas rurales tradicionales, exigencias específicas para el medio rural”, matiza la responsable de Urremendi en referencia a aquellos chalets que se ofertan en plataformas como Booking o Airbnb, habituales en municipios más rurales de Urdaibai como Gautegiz-Arteaga o Busturia, por ejemplo.