En Galdakao ya es Navidad. Y lo es porque Txomin Bustinza ha abierto ya las puertas de su taller, ubicado en la planta baja del número 69 de la calle Zabalea, para que vecinos y visitantes puedan ver su particular y artesanal recreación del belén, un nacimiento de unos cinco metros cuadrados de superficie que dota de un inconfundible carácter autóctono. Tanto es así que sus principales personajes –San José, La Virgen y el Niño– visten trajes tradicionales vascos al abrigo de un baserri, con horno, del barrio Ibarrondo de Zeberio.

Bajo un decorado con un paisaje que recrea montes emblemáticos como Lekanda, el Ojo de Arxular, las Atxas de Itxina o la cima de Mugarra, Bustinza ha diseñado, para esta ocasión, un escenario compuesto de once edificaciones que ha creado con mimo y esmero durante los últimos años y que son reconocibles para todo aquel que conozca un poco Galdakao o su entorno. “Este año he incorporado tres caseríos nuevos: dos de Usansolo y uno de Galdakao”, explica. La figura del entrañable Olentzero posa tranquilamente en el baserri de Itzaga y, muy cerca, ha ubicado la antigua Casa de Halo “que estaba en Zabalgane y la Casa-Torre de Urreta, donde vivían los Totoricas”. Para los más nostálgicos y para que las nuevas generaciones descubran inmuebles ya desaparecidos, también ha recreado con precisión un inmueble “que había junto al Ayuntamiento y donde una de las puertas era el bar de Bikandi y la otra el estanco de Alejandra”. No falta, prácticamente en el centro de la escena, el emblemático monumento El Gallo “tal y como era, porque la columna está hecha a trozos ahora y yo lo he reproducido como en su origen, de una pieza” ni tampoco la bella fuente de pieza que está junto a la Casa Consistorial. El listado se completa con una casa de Zuazo “donde se hospedaban los ingenieros o químicos que venían entonces por temporadas, pero se tiró para hacer la iglesia”, la casa de cultura Txapelena de Usansolo, la casa que está en Ergoien” que era y es de los Larrea”, la Casa-Torre Zabalea, el caserío Berezikoetxe y la casa Lekue de Usansolo.

Nieva, llueve...

Y todo está realizado de manera artesanal, “con pieza que labro y a la que doy la forma y las medidas adecuadas, madera de roble o castaño según en material original de esas edificaciones y lo único que compro son las tejas”. Y para que todo adquiera un cariz más realista, si cabe, Txomin Bustinza acompaña el Belén con un sistema que recrea lluvia, nieve, intenso viento, la noche y el día, además de sonidos de la naturaleza y el canto de villancicos.

Lo más novedoso de la muestra de este año es la exposición de ermitas que Txomin Bustinza ha montado en otra zona de la lonja. “Hasta ahora en ese espacio ponía, también, caseríos o torres, pero en esta ocasión he cambiado de temática”. Así, el visitante puede apreciar con todo lujo de detalles reproducciones a escala de templos de Galdakao (San Antón Txikerrak, San Asentzio Bekea, Andra Mari Elexalde o Abade Etxea de Elexalde), de Zeberio (San Adrián de Argiñao, San Esteban, San Bartolomé, San Antonio Barañao, San Asentzio Uriondo, San Antonio y San Pastor), la ermita de la Virgen de las Nieves en Gorbeia, o San Lontzo de Bedia, San Martín Ereño también de Bedia, y San Miguel de Elexabeitia de Artea. Y todo ello acompañado de elementos etnográficos como una ericera de Orozko, chabolas de Gorbeia o del pirineo, un erlategi o un hórreo.

Belén y exposición se podrán visitar hasta el 5 de enero y el dinero que recaude con donaciones voluntarias irá destinado a la asociación de lucha contra el cáncer.