En un mundo que enfrenta desafíos económicos, el sector primario se erige como un pilar fundamental para garantizar la estabilidad y el abastecimiento de alimentos esenciales. En un escenario global marcado por tensiones geopolíticas como la crisis de Ucrania y desafíos económicos como la inflación, la feria ganadera que también se celebra en Gernika es un evento de gran tradición en Bizkaia brinda la oportunidad a la ciudadanía vasca de destacar la importancia y el apoyo a este sector.

El Último Lunes de Gernika es mucho más que una mera exhibición de productos. Es un testimonio de la resiliencia del sector primario, que se mantiene firme frente a las adversidades. En tiempos de incertidumbre, la producción de alimentos se vuelve crítica, y los agricultores y ganaderos desempeñan un papel insustituible en la cadena de suministro alimentario.

El apoyo al sector primario es esencial para su desarrollo sostenible a largo plazo. Esto incluye inversiones en tecnología, educación agrícola y políticas que fomenten prácticas respetuosas con el medio ambiente, considerando las preocupaciones de la inflación y el costo de producción. En el Último Lunes de Gernika, se promueven estos valores, alentando la modernización y la sostenibilidad en el sector.

Esta feria es un espacio donde los visitantes pueden disfrutar de productos locales frescos y artesanía de la región y es un escaparate para la industria. Además, el sector primario es una fuente de empleo fundamental, especialmente en zonas rurales, lo que contribuye a la cohesión social y al desarrollo económico de la región.

El relevo generacional, el gran reto

Oneka Zaballa y su madre en la Ganaderia Fidel Abans (Dima) Borja Guerrero

A pesar de los avances y los esfuerzos por mantener y mejorar el Sector Primario, existen desafíos importantes. La competencia de productos importados y la necesidad de adaptarse a los efectos del cambio climático son preocupaciones globales que también se sienten en Euskadi. Además, la gestión del relevo generacional en la agricultura y la ganadería es un aspecto crítico para garantizar la continuidad de la actividad en la región.

Y es que a medida que las generaciones más jóvenes se alejan de las zonas rurales en busca de oportunidades educativas y profesionales en las ciudades, se plantea un desafío fundamental para la sostenibilidad y la continuidad de las actividades agrícolas y ganaderas en la región.

La falta de jóvenes interesados en tomar el relevo de las generaciones mayores en el campo es un problema que afecta a muchas áreas rurales en todo el mundo, y Euskadi no es una excepción. Varias razones contribuyen a esta tendencia preocupante. En primer lugar, la falta de atracción hacia el sector primario entre los jóvenes es una preocupación común. Las actividades agrícolas y ganaderas son percibidas como difíciles, demandantes y poco lucrativas en comparación con las oportunidades que ofrecen las ciudades. La falta de incentivos económicos y el desconocimiento de las posibilidades de éxito en el sector agrícola pueden desalentar a los jóvenes que podrían considerar el relevo generacional.

Además, las dificultades económicas juegan un papel importante. El acceso a la tierra y los recursos necesarios para emprender una actividad agrícola o ganadera puede ser un obstáculo significativo para los jóvenes. Los altos costos de inversión y la incertidumbre económica pueden disuadir a aquellos que desean ingresar al sector.