Una gran familia compuesta por voluntarios, profesionales y, valga la redundancia, muchas familias. Eso es Gorabide. Un lugar donde encontrar una mano que presta ayuda y un hombro en el que apoyarse para las personas con discapacidad intelectual y sus allegados. Llevan ya 61 años siendo parte intrínseca de la sociedad vizcaina llevándola con cada acción hacia la inclusión. Sin embargo, aunque en esta larga trayectoria se ha avanzado mucho, también hay cosas que se han perdido por el camino, como son los voluntarios, tan necesarios como escasos. Y es que Gorabide, Bizkaia, Euskadi, el Estado y probablemente gran parte de Europa vive una crisis de compromiso social. Así lo señalaron desde la asociación en el encuentro organizado por su 61 aniversario ‘¿Y ahora, qué? Año 61: Hablemos del futuro de las personas con discapacidad intelectual’ celebrado en Azkuna Zentroa.  

En la jornada, estuvieron presentes Susana Gorbeña, presidenta de Gorabide; Lide Amilibia, viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno vasco; Amaia Antxustegi, diputada foral de Acción Social de Bizkaia; y Juan Mari Aburto, alcalde del Ayuntamiento de Bilbao. Todos ellos destacaron la albor encomiable que durante 61 años ha venido haciendo Gorabide. “Trabajáis incansablemente para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual. El valor de vuestro trabajo es incalculable”, aseguraba Amilibia.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, por su parte, hizo referencia a la importancia de Gorabide en la villa, que forma parte de los ilustres de Bilbao algo que se ha ganado “por mérito propios” ya que “trabaja sin descanso por engrandecer el nombre de Bilbao y mejorando la vida de muchas personas”. Aburto señaló que el “reto de los políticos es no dejaros atrás y creernos lo que decimos, ya que nuestras palabras tienes que tener consecuencias y tiene que visualizarse en nuestro quehaceres diarios, en los presupuestos, a la hora de hacer ciudad...”.

El aniversario de Gorabide llega en pleno proceso de reflexión estratégica para obtener las claves que permitan diseñar una planificación de futuro que asegure la sostenibilidad de la asociación, mejore los servicios que prestan y aumente el valor añadido que aportan. Para indagar en ello, participaron en el encuentro Iñaki Gallarrta, un usuario de Gorabide; Rafael García, un familiar; Diana Cabezas, una profesional que trabaja en la asociación; y Leire Ortega, una de las voluntarias que acompaña a las personas usuarios en su tiempo de ocio. 

Durante sus intervenciones, los cuatro señalaron la importancia de la labor de los voluntarios y cómo existe una necesidad de que su número aumente. “Hacen falta más voluntarios. Serlo requiere un gran compromiso, pero lo que aprendes siendo como voluntario no tiene precio”, indicaba Ortega, quien además pedía más formación para poder afrontar situaciones “inevitables”. “Vivimos una crisis de compromiso social generalizado, es una realidad compartida en todo el contexto nacional y probablemente europeo”, añadía Cabezas. 

LOS RETOS

Sin embargo, el refuerzo del voluntariado no fue el único aspecto clave que salió a relucir durante el encuentro, ya que Cabezas, como profesional de la asociación, apuntó que uno de los retos que se pone sobre la mesa es la necesidad de adquirir “nuevas competencias”. “Es necesario que los profesionales nos replanteemos nuevas formas de relación, entrar en un rol de profesional que no sea solo de experto; es cierto que hay que dominar la materia, pero es importante que tu trabajo se fundamente en una clave relacional y desde ahí desplegar técnicas propias de tu ámbito”, señaló.

Gallarreta, por su parte, como usuario de Gorabide habló sobre la importancia de recibir apoyo para facilitar modos de vida independientes entre las personas con discapacidad intelectual. “El apoyo respecto al ocio es fuerte, pero el día a día no lo es tanto, ahora estoy aprendiendo a cocinar yo, también si pierdo el trabajo soy yo quien busco otros cursos y estaría bien recibir ahí también el apoyo que recibimos en otros aspectos”, relataba. Como familiar, García indico que a su juicio el reto del futuro está en la ley que reforma la tutela y la patria potestad de las personas con discapacidad intelectual, ya que provoca “gran incertidumbre” entre las familias. 

LAS FORTALEZAS

Conocer los retos que se presentarán en el futuro es imprescindible para avanzar en el camino en una buena dirección, y eso es lo que pretende Gorabide, continuar ayudando y apoyando a las personas con discapacidad intelectual de Bizkaia y sus familias. Para las personas usuarias la asociación es clave para que estas disfruten de su tiempo libre con actividades durante todo el año en la que participan los voluntarios. “El ocio da la oportunidad de ilusionarse y relacionarse y eso sería imposible sin los voluntarios”, señalaba García, quien destacaba la importancia de Gorabide para las familias, ya que se convierte el lugar “donde te escuchan, te entienden y te apoyan”. 

Así mismo, Cabezas, como profesional de la asociación apuntó que “Gorabide es espacio para 4.900 personas, es decir el 80 por ciento de las personas con discapacidad de Bizkaia, lo que nos permite detectar a tiempo real las necesidades de las personas y sus familias y eso nos permite priorizar, ordenar y actuar en los temas”.

Celebración del 61 aniversario de Gorabide

Celebración del 61 aniversario de Gorabide Borja Guerrero

Tras la jornada de diálogo, decenas de personas usuarias de la asociación, familias, voluntarios y profesionales celebraron la tradicional ‘paraguada’ multicolor por la plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual, para visibilizar que, en algún momento, cualquiera necesita apoyos, igual que un paraguas cuando llueve. “La lluvia en muchos casos nos obliga a buscar refugio y sobre todo a buscar también un paraguas. Ese paraguas nos permite seguir con nuestros quehaceres diarios, avanzar, nos ofrece seguridad y respaldo para hacer frente a esta adversidad climática y eso es precisamente lo que es Gorabide, un paraguas para muchas personas en medio de la tormenta”, quiso apuntar la viceconsejera de Políticas Sociales del Gobierno vasco, Lide Amilibia.