La Gran Vía sigue siendo la arteria comercial más deseada para el desembarco de cualquier firma de moda en Bilbao. De hecho, la ocupación de los locales en esta zona premium es casi siempre inmediata. De ahí que actualmente se sitúe en el 97,6%, casi al completo. Solamente dos de los 83 establecimientos analizados en el tramo que discurre entre la plaza Circular y la calle Máximo Aguirre por el Informe de Retail de 2023 de la consultora Gesvalt esperan un nuevo inquilino. Y eso teniendo en cuenta que los alquileres de los locales no son aptos para cualquier bolsillo. El precio de un local de 1.000 metros cuadrados puede oscilar entre los 55.000 y los 70.000 euros al mes. No son mucho más asequibles aquellos de menos de 100 metros cuadrados: de media cuestan entre 19.000 y 21.000 euros al mes.

José Antonio Salomón, responsable del área de Research de Gesvalt, asegura que la Gran Vía bilbaina “es comparable a otros viarios como La Rambla de Catalunya en Barcelona, la calle Loyola en San Sebastián o el eje O’Donell, Velázquez y Tetuán en Sevilla”. El informe, donde se han analizado 11 ciudades estatales, detalla que Bilbao es la undécima urbe en cuanto a población. Sin embargo, está en el cuarto puesto en cuanto a las rentas más altas y en tercer puesto a nivel Euskadi, por detrás de Getxo y Donostia. Este hecho propicia que su área comercial más deseada sea la calle mayor de la villa.

“Aunque normalmente está dirigido a las grandes marcas y a inversiones comerciales de fuera de Euskadi”, matiza Jorge Aio, gerente de la asociación de comerciantes BilbaoCentro, quien revela que actualmente el local que ocupaba Dentix está siendo reformado para albergar una nueva megastore de 500 metros cuadrados de Women’secret.

Según el informe, en este tramo destacan los espacios destinados a la moda, que representan más de la mitad, un 59,26% del total (con firmas como Purificación García, Max Mara, Benetton, Michael Kors, Oysho, Mango, Bimba y Lola, Levis, Zara, Primak...), seguidos por un 17,28% destinados a los servicios (ahí se incluyen desde bancos como La Caixa o Kutxabank, pasando por el Palacio Foral o la Delegación del Gobierno). Tras estos sectores se sitúan aquellos consagrados a la restauración (la pastelería Arrese o la hamburguesería Five Guys, por ejemplo) o la cosmética (con firmas como Lush, Rituals o Sephora), que ocupan un 6,17% o un 3,7% de los locales ocupados, respectivamente, restando un 13,58% para locales de otra tipología (donde se incluyen joyerías como Tous o Suárez, La casa de las carcasas o el buque insignia de la Gran Vía: los grandes almacenes El Corte Inglés).

El estudio solo incluye el tramo comercial que discurre entre la Plaza Circular y Máximo Agirre, obviando el recorrido que finaliza en Sagrado Corazón, donde los locales comienzan a ser ocupados por hoteles, supermercados, restaurantes, gimnasios o clínicas. “No es un tramo con suficiente relevancia e interés para las marcas como para considerarse high street”, expone Elvira Gutiérrez, directora de High Street Investment España de aRetail Prime Locations, en relación al término que se emplea en el sector para denominar a las calles con mayor relevancia comercial. Los locales libres de la Gran Vía, precisamente, están en ese tramo, donde las aceras son más estrechas y la zona comercial comienza a menguar a medida que se acerca a Sagrado Corazón.

Megatiendas

“Detectamos una tendencia de flagship store [buques insignia comerciales] en aumento por la voluntad de los retailers de ofrecer experiencias en tienda”, afirma Elvira Gutiérrez con respecto a las megastores –tiendas que en muchos casos superan los 1.000 metros cuadrados– que en los últimos años han colonizado la Gran Vía. Tras la apertura de la tienda más grande de Zara, la emblemática firma de Inditex en un edificio histórico –lo que vino acompañado del cierre de tiendas más pequeñas en toda la ciudad–, la última apuesta del conglomerado textil de Amancio Ortega ha consistido en la implantación de la macrotienda de Lefties. La firma más low cost de la multinacional abrió en septiembre de 2023 su digital store, ocupando el local que había dejado El Corte Inglés, para hacer la batalla a su principal competidora, Primark, abierta un par de años antes en la plaza Circular. Aunque los locales estén ocupados por tiendas que se vinculan con la moda rápida, los alquileres que pagan las compañías poco tienen que ver con el low cost. “Son los que pueden ser más rentables en estas zonas concretas a estos precios”, apunta Aio. Las rentas van en función de la superficie de los locales. El informe detalla que aquellos de más de 1.000 metros cuadrados cuentan con un precio de entre 55 y 70 euros por metro cuadrado, mientras que los que se sitúan entre 501 y 1.000 metros cuadrados cuentan con unas rentas de entre 30 y 45 euros por metro cuadrado. El precio más alto, en proporción, lo pagan los locales de menos de 100 metros cuadrados: entre 190 y 210 euros por metro cuadrado.

La consultora también incide en el aumento del atractivo de Bilbao como destino turístico de calidad, lo que beneficia a su actividad comercial. Sin embargo, esto no se traduce en que las firmas de lujo se implanten en la ciudad. “En el caso de que la ciudad consiga atraer un mayor volumen de este turismo, asociado a un mayor gasto a nivel general, es posible que más marcas de lujo se posición en la ciudad”, asevera José Antonio Salomón. Al margen del turismo, Jorge Aio realiza otra lectura al respecto: “El consumidor bilbaino y vasco es un consumidor de lujo, pero consume en otras plazas como Madrid o Barcelona. La implantación de estas marcas viene de un estudio de mercado”, especifica.

En lo que no hay discrepancias es al afirmar que se está produciendo un cambio en los hábitos. De hecho, el informe asevera que aunque se observa más tráfico de peatones, paralelamente, se han reducido las entradas en las tiendas. “Puede deberse a varios factores, como la pérdida de poder adquisitivo general como consecuencia del endurecimiento de las condiciones de financiación o el incremento del comercio electrónico: por lo que no podemos atribuirlo a una única causa”, afirma Salomón. El gerente de BilbaoCentro va más allá y apunta a otro factor de carácter sociológico en la lectura que realiza: “Los hábitos de consumo están derivando del consumo del equipamiento personal a otros consumos más vinculados al ocio. Y el sector, de alguna forma, lo está pagando”.