Permitirá conocer el pasado de Bilbao, esos tiempos no tan remotos que facilitaron escribir la historia y cimentar el presente de la capital vizcaina tal y como lo conocemos hoy en día. La mina Malaespera acogerá un centro de interpretación que explicará cómo eran y cómo se trabajaba en aquellas cavernas de las que se extraía mineral a paladas. Pero antes se debe acondicionar su interior: el Ente Vasco de la Energía (EVE) extraerá más de 9.000 metros cúbicos de distintos materiales del interior de la galería, el equivalente a casi cuatro piscinas olímpicas. Las obras tendrán una duración de once semanas y un coste de algo más de un millón de euros.
La Mina Malaespera, situada en el barrio de Miribilla, es una antigua explotación de hierro industrial cuya actividad se inició durante la parte final del siglo XIX y se extendió hasta los años setenta del siglo XX. Tras el cese de la actividad minera, en las antiguas galerías subterráneas de la mina, se depositaron distintos tipos de materiales de procedencia diversa que es preciso extraer y llevar a vertedero autorizado.
En el interior de la mina se diferencian dos zonas: la galería de acceso, por una parte, y la zona de pilares, por otra. Ambas están separadas por un tramo que ya ha sido reforzado empleando cerchas metálicas.
La zona de acceso es una galería transitable que tiene unos seis metros de anchura, 140 de longitud y una altura de entre 4 y 13, de la que salen ramales laterales, actualmente cerrados con acopios de materiales y muros de escollera. En la denominada zona de pilares, más profunda, la mina gana en altura, hasta alcanzar unos veinte metros, y anchura, hasta los 100; es donde más claramente se ve el método de explotación que se utilizó en Malaespera, consistente en cámaras y pilares.
En total, se deberán extraer unos 9.267 metros cúbicos de material, tierras y piedras, que se encuentran distribuidos en estas dos zonas, en acopios de diferentes volúmenes y características, desde 27 metros cúbicos hasta 479: 14 puntos en la galería de acceso, con unos 1.935 metros cúbicos, y 40 en la zona de pilares, que alcanzan los 7.331 metros cúbicos.
Vertedero de no peligrosos
Solo uno de esos acopios se podrá gestionar sin restricciones en un vertedero de inertes; en el resto, la presencia de sulfatos, antimonio disuelto, cloruros o floruros obliga a tener que llevarse a uno de no peligrosos. Así, solo 356 metros cúbicos se podrán depositar directamente en un vertedero de inertes; de los 8.912 restantes, la mayoría se deberán llevar a uno de residuos no peligrosos, aunque 3.024 podrían depositarse, previa autorización del departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, en uno de inertes,
Al inicio de la zona de pilares se sitúa una zona de entronque, donde los rellenos han formado un talud. Cuando se abrió la mina en los años 90, hubo que acondicionar aquí un paso para camiones y maquinaria pesada, formando taludes prácticamente verticales. En el lado de los rellenos, el talud originado se reforzó con una escollera, por lo que antes de iniciar el desescombro de los rellenos ubicados en la zona de pilares será necesario un sostenimiento permanente que garantice la seguridad para el paso de personas y maquinaria.
Además de tener que acondicionar esta zona, sus dimensiones reducidas condicionarán también los equipos de trabajo que se utilizarán para extraer los rellenos de la zona de pilares. Dado que se trata de tierra y piedras, serán medios mecánicos, aunque se optará por retroexcavadoras y dumpers de poco tonelaje. En la galería de acceso les esperará una pala para cargar los camiones que transportarán los rellenos al vertedero, de tipo bañera de 20 metros cúbicos o rígidos de hasta 18.
Los trabajos se iniciarán extrayendo los acopios de la galería de acceso, cargándolos directamente con la pala a los camiones. Una vez eliminados estos rellenos, quedará espacio para depositar temporalmente los que se saquen de la zona de pilares.
El Ayuntamiento de Bilbao acaba de sacar las obras a concurso, por lo que estas comenzarán una vez se adjudiquen los trabajos.
