La racha del Surne Bilbao Basket murió en la cancha de otro equipo enrachado, que en todo lo que se lleva de año solo ha perdido dos partidos en la Liga Endesa y fue contra el Barcelona y el Real Madrid por tres y dos puntos, respectivamente. El Lenovo Tenerife quiere pelear por la tercera plaza y ni siquiera el esfuerzo europeo le distrajo de ese objetivo. Los hombres de negro sufrieron en sus carnes lo mismo de lo que los canarios, en boca de Txus Vidorreta, y otros de su nivel se suelen quejar cuando juegan contra los grandes. En esta competición sigue habiendo clases y los diferentes estratos quedan bien marcados en partidos como el de ayer en el que el visitante está obligado a hacer un partido perfecto para salir victorioso.

Los hombres de negro dieron la cara, jugaron un excelente baloncesto durante muchos minutos, dominaron el rebote y llegaron a los 84 puntos con notables porcentajes de acierto. Pero pagaron caros su mal arranque de la segunda mitad y la acumulación de errores que abrieron el campo para que los tinerfeños sumaran con facilidad. Eso sí, en el cómputo del partido es inevitable eludir a los 23 puntos que los locales sumaron desde la línea de tiros libres en 28 lanzamientos por los solo 8 que logró el Bilbao Basket en 11 oportunidades. Llamó especialmente la atención que Shermadini jugara 26 minutos sin ninguna falta, pese a los mil bloqueos en los que se vio involucrado y las manos que metió en numerosas situaciones defensivas y de rebote.

El georgiano fue determinante, nuevamente con números de MVP, mientras por ejemplo Sacha Killeya-Jones tuvo que salir pronto del partido por dos faltas que le señalaron en ataque. El británico-estadounidense tuvo que evitar el contacto desde entonces, pero sus tres triples alimentaron el marcador de su equipo, que pudo sostener la pelea hasta el descanso con acierto, determinación y esa alegría en el juego que había destacado el técnico en la previa. El mal inicio del tercer cuarto, que quiso cortar Ponsarnau con un tiempo muerto y la sustitución inhabitual de todo el quinteto que estaba en cancha, fue un lastre, aunque el Bilbao Basket no le perdió la cara al choque y a 8:35 del final estaba a tres puntos tras triple de Reyes.

El problema fue mantener el ritmo ofensivo ante un rival que, al margen de la conexión entre Huertas, el máximo asistente de la historia de la ACB, y el hiperprotegido, contó con el acierto de sus tiradores, inteligentes en el juego sin balón y certeros en la ejecución. Cuando eso ocurre, el Tenerife es un equipo indefendible porque resulta imposible llegar a tapar todos los frentes y su movimiento de balón resulta impecable. Los bilbainos levantaron la bandera blanca en los últimos cinco minutos y se llevaron un castigo excesivo a todas luces, aunque la diferencia final tuviera poca importancia.

El objetivo de subir posiciones se antoja complicado en una temporada en la que las tres victorias que ha logrado el Bilbao Basket fuera de casa es el tope que han alcanzado también los equipos que tiene por detrás. El Manresa está siendo la excepción a la norma y eso le mantiene bien aferrado a la octava plaza, ya muy lejos de cualquier aspiración que tuvieran los vizcainos de darle alcance. Así que, con la permanencia ya asegurada de forma matemática por la derrota del Obradoiro, toca buscar la motivación para seguir sumando victorias y esa tiene que estar en Miribilla.

El equipo EBA, campeón

La buena noticia de ayer fue que el equipo EBA del Bilbao Basket se proclamó campeón de su grupo al vencer al Santurtzi y logró el pase directo a la fase de ascenso a la LEB Plata con solo tres derrotas en todo el curso.