Tras su magnífica remontada del miércoles para catapultarse hasta las semifinales de la FIBA Europe Cup, el Surne Bilbao Basket puso la guinda a su semana fantástica este domingo con otra inapelable victoria ante el Joventut (92-71) que confirma su excelente momento cuando actúa como local y abre un hueco de cuatro victorias sobre la zona de descenso a falta ocho jornadas para la bajada del telón competitivo.

Ante un rival de mucha mayor entidad que el Legia Varsovia, el conjunto vizcaino actuó con la misma contundencia, energía y filo, dominando los acontecimientos en cancha desde el ecuador de acto inaugural, consolidando su ventaja en el segundo tramo del tercer cuarto y jugando diez minutos finales extraordinarios tanto en ataque como en defensa como confirma el parcial de 26-13. El 16-4 en los primeros seis minutos del último cuarto para pasar del 66-58 al 82-62 fueron la demostración de esos elevadísimos máximos de juego que Jaume Ponsarnau suele sacar a colación en numerosas ruedas de prensa a la hora de hablar de su equipo.

Desde un magnífico trabajo de retaguardia a pesar de que por momentos Ante Tomic hizo muchísimo daño y con un ataque fluido y con diversos focos de peligro y momentos de protagonismo (brutal 58-29 en anotación desde el banquillo), los de Jaume Ponsarnau supieron explotar ese guion que tanto les gusta: defender, rebotear, correr y anotar. El 18-7 en puntos a la contra fue un buen punto de partida hacia el éxito y sirvió para disimular otra floja actuación desde la línea de tiros libres, con diez fallados y el 9 de 11 en los diez últimos minutos maquillando el 54% final.

Kristian Kullamae, que acabó con 17 puntos, cumplió a la perfección con el papel de constante referente en ataque; Tryggvi Hlinason, muy bien reboteando e intimidando y facturando 10 de sus 14 puntos en el último cuarto para romper el marcador; Adam Smith generando atención, puntos y asistencias (6) y Keith Hornsby recuperando el acierto y revolucionando el encuentro en el segundo acto con dos triples al contraaataque, los anfitriones siempre movieron con alegría sus guarismos ofensivos mientras los de Carles Duran actuaban a trompicones, visiblemente incómodos y fuera de guion.

A FUEGO LENTO

El Surne Bilbao Basket arrancó tremendamente impreciso. En menos de tres minutos había fallado ya tres tiros libres, otros tantos lanzamientos a un palmo del aro y había perdido un balón. En esas circunstancias, su buen trabajo defensivo no fue suficiente para evitar que el Joventut se hiciera con el tempranero control del luminoso (4-9), aunque lo equilibró rápidamente de la mano de Álex Reyes y Sacha Killeya-Jones. Los empates fueron una constante hasta el final del primer acto, aunque dos triples de Thijs De Ridder y Hornsby provocaron que fueran los locales los que cerraran con ventaja los diez primeros minutos (22-20).

Activando a Hlinason debajo del aro para que finalizara con dos mates y con un triple de Smith, los de Ponsarnau amagaron con el demarraje (29–20) a ocho minutos y medio del descanso, obligando a Duran a parar el partido. Los visitantes trataron de recomponerse sumando de tres en tres de la mano de Andrés Feliz y Shannon Evans, pero se encontraron delante con un Hornsby que hizo lo mismo con dos triplazos al contraataque y una canasta debajo del aro para el 39-28 en el ecuador del segundo acto. Pero los anfitriones no fueron capaces de consolidar esa distancia de seguridad como consecuencia de la acumulación de errores en ataque y las segundas oportunidades y situaciones de `dos más uno’ concedidas en defensa y castigadas sobre todo por el incisivo Tomic, un tormento hasta el ecuador de la contienda, al que se llegó con un 44-40 que era escaso premio para los notables quince minutos de arranque de los locales.

CONTUNDENCIA

En la reanudación, se mantuvo la gran influencia del pívot croata en el partido, finalizando y facilitando canastas a sus compañeros, lo que no suponía una buena noticia para el Surne Bilbao Basket, que acumuló imprecisiones en esos compases. Kullamae fue un gran sostén para los anfitriones en esos momentos de cierta pérdida del norte y tras cruzarse ambos equipos sendas antideportivas sin sacar apenas beneficio, el 54-51 en el ecuador del tercer cuarto dejaba las cosas prácticamente como estaban. Unos buenos momentos defensivos que permitieron jugar al galope a los Melwin Pantzar y De Ridder impulsaron a los ‘hombres de negro’ hasta amagar con otro demarraje, pero la acumulación de tiros libres fallados (horrible 3 de 11 en los treinta primeros minutos) evitó un colchón mayor que el 66-58 con el que se llegó al acto final. Notable ventaja, pero corta atendiendo a los méritos contraídos.

Sin embargo, el conjunto vizcaino se había dejado lo mejor para el final. Con una excelente actividad defensiva como pilar fundamental y alimentando de balones una vez tras otra a Hlinason, con Smith de maestro de ceremonias, los de Ponsarnau empequeñecieron a su rival, obligándole a jugar boqueando, coqueteando con la entrega total. El 76-60 a seis minutos del final era una noticia extraordinaria y aunque Tomic intentó liderar la resistencia de los visitantes el Surne Bilbao Basket no estaba dispuesto a levantar el pie del acelerador. Dos tiros libres de Pantzar inflaron el colchón hasta un 82-62 que ya no tuvo uelta atrás. Los minutos finales fueron de relleno, fantástica noticia, y el Surne Bilbao Basket pudo disfrutar poniendo la guinda a su semana fantástica.