Cada 4 de agosto, el reloj se para a las seis de la tarde en Gasteiz y todas las miradas se alzan hacia lo alto de la torre de San Miguel para no perderse detalle de la bajada del muñeco que al final del trayecto se personifica en Celedón. Gorka Ortiz de Urbina lleva 19 bajadas y aún no ha logrado aplacar sus nervios, a pesar de tener el papel aprendido. “Venga chaval, que hay que prepararse”, le devuelve a la realidad Iñaki Landa mientras le ayuda con la faja y las abarcas. “Desde que oyes el txupinazo estás pendiente del cable, te van diciendo los minutos que quedan y cuando el muñeco llega y se abre la cortina, ves a la gente y te emocionas”, describe Gorka Ortiz de Urbina. Una vez arriba, tras cruzar la abarrotada plaza y sortear varios envites, se coloca la ropa y el pañuelo para no parecer un cowboy. “Cuando sales a la balconada, eres el que mejor visión tienes de la plaza, y es increíble”, confiesa.

Hace 200 años que la Virgen Blanca fue proclamada patrona civil de una ciudad que se desata en fiestas. Hoy toca txupinazo y los nervios también recorren los cuerpos de las atletas Elena Loyo y Ruth Brito; la hostelera María José Sáez de Cortázar; la comerciante Jaione Prado y la investigadora Arantza Navarro. Son las cinco txupineras que prenden la mecha a unas fiestas que tienen la oportunidad de iniciar desde la misma privilegiada atalaya que Celedón; ahí es nada.

Mismos nervios corren de víspera por las venas de los 150 blusas y neskas de la cuadrilla Akelarre. Están de estreno; fundada en 2020, ha tenido que esperar dos años para lucir el granate de su indumentaria, en la faja ellos y en la falda ellas. Por fin son parte del alma de la fiesta, al igual que los 21 escudos restantes que integran la comisión de blusas y neskas, incluidos los Biznietos de Celedón, que vuelven a recorrer el paseíllo de ida y vuelta al Iradier tras su parón de 2019 por discrepancias internas.

Okerrak, Zintzarri, Basatiak, Zoroak, Nekazariak, Siberiarrak, Hegotarrak, Margolariak... Ninguno falta a la llamada de Celedón. Enfundados como su maestro de ceremonias en camisa blanca, faja, txapela, pañuelo y abarcas toman las calles a partir del día 5. Al igual que los Bainas, Martinikos, Batasuna, Gasteiztarrak y Jatorrak vuelven este año con más ganas que nunca, si cabe, tras dos años de luto festivo por culpa de la pandemia del covid. De blusas y neskas dependen muchos de los actos programados en La Blanca: personajes mitológicos y cabezudos, karaoke solidario, carrera de goitiberas, el día del Limpio, concursos gastronómicos, desolimpiadas, pintxopote y zumba solidarios, visitas a residencias de ancianos, triatlón blusístico y un largo etcétera de encuentros populares que sumar al cartel oficial, presupuestado por el Ayuntamiento en 836.000 euros.

Celedón y Edurne Txikis

Igualmente nerviosos andan de víspera Celedón Txiki y Edurne. Elaia Berganzo y Unax Ferrera ya tienen los paraguas que abrirán el día 7 para colar en la fiesta a niños y niñas. “Muy felices a la par que nerviosos”, afirman ambos.

Blusa desde los dos años, Unax y neska desde los seis meses Elaia, los dos han mamado desde muy pequeños las fiestas desde el corazón de las cuadrillas Karraxi y Hegotarrak, y así se lo transmitirán el domingo a su público infantil; un público que, además de la Virgen Blanca, se mueve por dos escenarios festivos, fundamentalmente: las barracas y fuegos artificiales de Mendizabala y el espacio aventura del parque de Arriaga.

Listos para brillar están también los devotos de la Cofradía de la Virgen Blanca. Su txupinazo se lanza a las diez de la noche del día 4; en ese instante, la Virgen peregrina es la única imagen que queda en el museo de la Zapa que alberga la colección de faroles de Gasteiz que 370 cofrades procesionan por el centro de la ciudad. Este año, doce nuevas luminarias alumbrarán a la Virgen antes del multitudinario Rosario de la Aurora con el que despierta el día grande de La Blanca para cubrirse de miles de ramos de flores a los pies de la patrona.

Nervios de todos y cada uno de los protagonistas de unas populares fiestas que siempre son iguales y siempre son distintas. Es la magia del 4 de agosto que hoy despierta Gasteiz, una ciudad lista para descorchar la fiesta.

CONCIERTOS

Si importantes son los protagonistas de las fiestas no lo son menos los escenarios a los que se suman tanto los gasteiztarras como los visitantes que se acercarán el fin de semana para disfrutar de las jaias. Con Celedón llegan los esperados conciertos de los Fueros, txosnas y plaza del Machete para los amantes de la música. En la plaza sonarán los ecos de las pandereteiras gallegas de moda, Tanxugueiras; del veterano Mikel Erentxun y sus cien gaviotas; de los rockeros Rulo y La Contrabanda y de Izaro, que despierta pasiones entre los jóvenes, además de los italianos Talco.

En las txosnas del campus universitario lo darán todo Sara Hebe, Tremenda Jauría, Zetak y los irreductibles Soziedad Alkoholica. Por su parte, el euskaldun público del Machete vibrará de la mano de Gozategi, Olatz Salvador, Harresian, Zulo y Neomak.

El exitoso Rincón del humor y las jotas se estrenan este año en el parque del Prado, en un espacio más amplio y fresco si el calor aprieta en exceso. Harán reír al público JJ Vaquero, Iñaki Urrutia, Sara Escudero, Antton Telleria, Axlor Riezu, Sergio Arrospide, Leire Orbe y Joaquín Pajarón antes de que la puesta de sol dé paso a los coloridos fuegos artificiales que exhibirán noche a noche las pirotecnias Caballer de Valencia, Pibierzo de León, Zarzoso de Castellón y la francesa Ciels en fete.