Balmaseda, una villa vizcaina marcada por la Semana Santa
Se prepara para celebrar su Vía Crucis Viviente, con la novedad de visitas guiadas y otros atractivos
CAPITAL de Enkarterri, a Balmaseda le caracteriza la pasión, la de una villa que se vuelca, a través de la participación de sus vecinos, en el vía crucis viviente que se celebrará la semana próxima, en Semana Santa, y que ofrece visitas guiadas como novedad. Además, presenta diversos atractivos para el turista.
Unas 50.000 personas abarrotarán la semana próxima los actos de celebración de Semana Santa en Balmaseda, en cuya representación principal estarán involucrados 650 vecinos, con 350 de ellos en el papel de actores y figurantes.
Conviene preparar la visita con tiempo porque quien desee presenciar la procesión en primera fila deberá adquirir una entrada y, además, este año se presenta como novedad la posibilidad de realizar visitas guiadas previas a los escenarios, con el añadido de anécdotas e historias sobre esta tradición que tiene su origen en las procesiones penitenciales que desde el siglo XVI se realizaban al Monte Kolitxa en agradecimiento a San Roque por liberar la villa de la peste.
Los actos se iniciarán el Jueves Santo, a las 19.00 horas, en San Severino, con la Procesión de los Pasos, acompañados por los romanos y penitentes. Irán encapuchados, descalzos y con cruces. Intervendrá la Coral Kolitza y la banda de Azkoaga.
Después, a las 21.30 horas, se desarrollarán las escenas del Concilio de los Sacerdotes, la Última Cena, la oración en el Huerto de los Olivos, el Prendimiento de Jesús... Hacerte con una silla cuesta tres euros.
Y el viernes, a las 9.30 horas, se iniciará la procesión en el Campo de las Monjas, con entradas a 13 euros en primera fila. Allí se representará el ahorcamiento de Judas, el juicio ante Poncio Pilatos, la flagelación, la liberación de Barrabás, las caídas y la crucifixión.
Al ser la villa vizcaina más antigua, Balmaseda conserva vestigios de su pasado monumental. Conviene visitar las iglesias de San Severino y San Juan, pasear por el entorno del Puente Viejo (fue aduana en el Medievo), conocer el convento de Santa Clara y el palacio de Urrutia o ascender el Kolitza.