Julio Verne carga baterías
Arranca en Ginebra la Zero Emissions Race, una vuelta al mundo en 80 días con vehículos eléctricos que no contaminan w La marcha, auspiciada por la ONU, atravesará 16 países y más de 150 ciudades
ginebra
Un pequeño convoy de vehículos eléctricos sin emisiones arrancó ayer la Zero Emissions Race desde la sede europea de Naciones Unidas, en Ginebra, una expedición que como en la novela de Julio Verne dará la vuelta al mundo en 80 días. La marcha, auspiciada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, atravesará 16 países y más de 150 ciudades, entre las que figura Berlín, Múnich, Moscú y también Shan-ghai, desde donde se desplazará en barco hasta Vancouver. Una vez allí, seguirá hacia Los Ángeles, Cancún (coincidiendo con la Conferencia Climática Mundial), Lisboa y Madrid, para volver de nuevo a Ginebra, donde se espera que el 22 de enero llegue esta caravana que hará toda su travesía en grupo.
"Recargaremos las baterías eléctricas en las paradas", explicó Nick Jones, uno de los ingenieros y también conductor del proyecto australiano Trev, que integra la lista de participantes junto a vehículos procedentes de Suiza, Corea del Sur y Alemania.
Louis Palmer, creador del taxi solar, precisó que "todos los coches cuentan con una instalación de células solares en los países de escala, y de ahí cargan esta energía en el sistema eléctrico de sus vehículos". De hecho, la idea original de laZero Emissions Race es de Palmer, la primera persona en dar la vuelta al mundo en un auto eléctrico. En aquella ocasión, Palmer recorrió 14.500 kilómetros durante 534 días para tratar de concienciar al mundo sobre el problema de la energía y lo fácil que resultaría contar con el sol para generarla. Satisfecho con aquella experiencia, decidió embarcarse en otro reto, pero en esta ocasión con vehículos eléctricos y en compañía. Con esta aventura, Palmer pretende "mostrar al mundo entero que tenemos las soluciones contra el calentamiento global y los problemas de energía". Tenemos energía renovable, coches eléctricos, "¡tenemos todas las soluciones que necesitamos!", exclamó.
La Carrera Zero juzgará a los vehículos participantes en virtud de una serie de criterios de rendimiento, como los basados en la fiabilidad, potencia y velocidad, eficiencia energética, popularidad, seguridad y diseño. Expertos en transporte, jueces seleccionados por el camino y el público en general serán los encargados de evaluar estos coches, que para ser admitidos han tenido que cumplir requisitos como ser propulsados por electricidad y que puedan acoger al menos a dos pasajeros.
Para asegurarse de que los coches aguantan, y que no se queda ninguno tirado en la estepa rusa o el lejano oeste norteamericano, la organización de la carrera exige, además de que el vehículo esté homologado, que haya hecho 10.000 kilómetros de rodaje previos al inicio de la prueba. Por ello, cuando la carrera finalice, los coches que consigan terminarla habrán hecho 40.000 kilómetros. Y, al mismo tiempo, deben ser capaces de recorrer 250 kilómetros a una velocidad media igual o superior a 80 km/h, además de alcanzar una distancia de 500 kilómetros por día, con una parada de recarga de cuatro horas durante el almuerzo.
"Nuestro coche puede ir hasta a 120 km/h", presumió el australiano Jones antes de la salida, a la que no llegó a tiempo el prototipo surcoreano por un problema en su batería que lo dejó en Lausana (Suiza), a unos cincuenta kilómetros de Ginebra.
Así, la partida de esta ciudad la han compuesto el citado modelo australiano, con un diseño futurista y de color verde pistacho; el proyecto helvético, denominado Zerotracer, y el equipo alemán, a bordo de un scooter Vectrix, a la venta en países como España. El accidentado modelo surcoreano, llamado Yebbujana, puede alcanzar 180 km/h gracias a un motor de 20 kW, y se incorporará al resto del pelotón en las próximas horas.
¡Si Phileas Fogg y su ayudante Jean Passpartout levantaran la cabeza!