Renegade y Compass constituyen, por ese orden, las dos grandes conexiones de Jeep con el público. En consecuencia, la firma norteamericana asimilada hoy al grupo Stellantis no escatima atenciones hacia ambos productos. La última es la inclusión en sus repertorios de sendas variantes e- Hybrid, que es como Jeep denomina al sistema de microhibridación a 48 voltios a disposición de todas las marcas del consorcio francoitaliano. La sofisticada combinación de un motor de gasolina con otro eléctrico auxiliar, alimentado por una pequeña batería, concilia buenas prestaciones con un comedido impacto medioambiental y económico. Las versiones e-Hybrid no alcanzan ni de lejos la eficiencia de

las 4xe enchufables, pero cuestan bastante menos y su uso cotidiano resulta mucho más cómodo.

A falta de una posibilidad de hibridación autorrecargable sin necesidad de cable en estos Jeep, las nuevas propuestas se perfilan como opciones de interés paraquienes se plantean dar el salto a la electrificación. Las interpretaciones e-Hybrid suponen un primer paso en ese terreno al que la automoción parece abocada. Repiten

el esquema que hace sitio al motor gasolina 1.5 T4 turbo, asociado un cambio de doble embrague de siete velocidades que integra un bloque eléctrico de 48 voltios y 15 kW.

La contribución de sus 130 CV, que se transmiten a las ruedas delanteras (los 4xe ofrecen tracción integral) permite compaginar razonables consumos y emisiones contaminantes con movimientos alegres, similares en ambos modelos pese al palmo y los cien kilos de más del Compass. Esa armonía recibe como recompensa la etiqueta Eco de la DGT. Jeep propone cuatro acabados de Renegade con esta motorización microhíbrida. Sus precios, sin contabilizar descuentos, oscilan entre 31.100 y 35.900 euros. En el caso del

Compass son cinco las puestas en escena asignadas al sistema MHEV, cuya horquilla económica oficial va de 37.750 a 45.000 euros.