Eco

Un repaso a la trayectoria de Subaru revela que su estrategia de desarrollo de productos siempre ha priorizado los criterios de ingeniería a las tendencias de marketing. Así que quien adquiere uno de sus modelos suele actuar más por convicción que por fascinación. No obstante, la decida apuesta de la firma por coches sensatos antes que vistosos ya no desdeña cualidades como el diseño, el equipamiento y la armonía entre calidad y precio.

Al margen de ese estilo estético bastante inmune a los dictados de la última moda, si algo distingue al XV y al Forester de los demás contendientes que pululan por el mercado SUV es la mezcla de robustez y movilidad. Son de los pocos candidatos del ramo capaces de cumplir lo que su estampa promete, puesto que son capaces de desenvolverse fuera de la carretera con relativo desparpajo. Algunos rivales pueden hacerlo con cierto éxito de modo puntual, pero sin tantas garantías de retornar indemnes al asfalto.

Los Subaru lo consiguen gracias su constitución recia y espartana, a su mayor distancia al suelo y, sobre todo, al resolutivo sistema de tracción AWD siempre activo. Ahí radica, precisamente, la clave de su efectividad, según reconoce la propia marca. Destaca que su tecnología evita las carencias de los sistemas de tracción 4x4 no permanente, que requieren un mínimo tiempo para activarse; en ese corto intervalo, circulando a 120 km/h se recorren unos 10 metros, “distancia que puede marcar la diferencia entre tener o no tener un accidente”.

El sistema de tracción total permanente Symmetrical All-Wheel-Drive, que Subaru lleva tres décadas implementando, depara un plus de seguridad en todo tipo de escenarios, tanto en conducción off road como en condiciones invernales de superficies deslizantes. El dispositivo de reparto activo de par motor que incluye distribuye la energía, de manera constante y a la carta, entre las cuatro ruedas. Favorece así el máximo control sobre las reacciones del coche, que avanza siempre de modo preciso y seguro.

Ahora, la marca oriental combina la desenvoltura de su sistema AWD con la eficiencia energética que propicia la tecnología e-Boxer empleada por las versiones EcoHybrid. En ella, Subaru evoluciona su clásico motor de cilindros enfrentados, gasolina 2.0 atmosférico de 150 CV, al que asocia un pequeño bloque eléctrico integrado en la caja de cambios automática.

Este propulsor adicional de 12,3 kW (casi 17 CV), que va alimentado por una batería de 118 voltios, se encarga de arrancar y de apoyar al térmico a regímenes de esfuerzo bajo; lo hace interviniendo sobre las cuatro ruedas. Solo actúa en solitario durante los primeros metros, siempre que no se pise en exceso el acelerador. Según el fabricante, la aportación del “motor eléctrico no solo reduce el consumo y las emisiones, sino que también mejora la respuesta en cualquier circunstancia un 30% y genera un plus de potencia inmediata que acentúa la capacidad de tracción en las situaciones más difíciles”.

Precio. Los dos modelos híbridos de Subaru se mueven en un terreno comercial con escasos rivales directos, debido a su peculiar configuración de motor y tracción AWD permanente; también a su precio comedido. Los SUV de su talla con cuatro ruedas motrices son más potentes y costosos. El XV EcoHybrid parte de 30.500 euros y el Forester semejante de 32.950. Esos importes corresponden al acabado Sport Plus, que incluye programador de velocidad activo, alerta por cambio involuntario de carril, frenada automática de emergencia, encendido automático de luces, asientos delanteros con calefacción, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, freno de estacionamiento eléctrico, climatizador de doble zona, cámara de visión trasera, faros LED y llantas de 17 pulgadas.