Hemos pasado 15.000 días contando historias de aquí y de allá, 360.000 horas titulando y narrando la actualidad y más de 42 años acompañando a los lectores en los kioscos. Esta es, resumida y en números, la historia de DEIA, el primer periódico vasco de la democracia. Y como la historia continúa, pensamos pasar otros 15.000 o muchos más persiguiendo entrevistas, relatos, noticias y... lo que ustedes, los lectores, quieran.

Todo comenzó un 8 de junio de 1977, faltaban siete días para las primeras elecciones, las primeras después del franquismo, y se respiraba con fuerza la necesidad de nuevas formas de relatar la realidad, una realidad diferente a la que había habido hasta entonces y también diferente a la que hay ahora. En las instalaciones del periódico, el trabajo había sido intenso durante los últimos meses. Toda la plantilla se había volcado para hacer posible esa primera portada, esas primeras páginas que comenzaban a escribir la historia de Euskadi desde otros puntos de vista, desde otros escenarios y con nuevos actores.

Hoy, 22 de agosto de 2019, se pública el número 15.000, una cifra redonda, pero no exenta de la misma ilusión por seguir contando relatos llenos de vida, por ofrecer actualidad, reflexión, opinión y, por qué no, emociones. Cuando DEIA sacó el primer número, aquella portada en blanco y negro, tan cercana y lejana, la ciudadanía esperaba saber qué iban a deparar esas primeras elecciones generales. Hoy, estamos en plena Aste Nagusia y todo es color, como esta portada número 15.000 que está en los kioscos. Vale decir aquello de: “¡Cómo ha pasado el tiempo!”. Y lo pueden decir compañeros, aún en activo y de distintos departamentos, que sí estuvieron aquel 8 de junio de 1977, el día que todo empezó.

15.000 diarios dan para mucho y es difícil elegir aquellos acontecimientos, eventos, sucesos y noticias que más nos han marcado. El debate sobre la elección sería irresoluble. Ha habido de todo, momentos narrados que han suscitado emociones: risas y llantos. No hay sección que no haya tenido su punto álgido, que no haya sido objeto de llamada en portada. Durante estos más de 42 años, la sociedad ha cambiado radicalmente y se ha vuelto más exigente con todo, especialmente con el periodismo, ese testigo que cuenta lo que ocurre, que a veces da buenas noticias, pero no siempre, ni todos los días, pero que intenta hacer de vigía, si no objetivo, sí honesto.

Hemos narrado éxitos y derrotas deportivas, resultados electorales, hechos dramáticos causados por los humanos o por la naturaleza, logros culturales... Se han contado mil y una historias personales. Personajes de todos los ámbitos han pasado por estas páginas. Hoy hemos llegado al 15.000, pero el engranaje continúa girando, no para, no debe parar: el 15.001 está ya en marcha.