Alfonso Ochoa, el director general de Operaciones e Ingeniería de Adif cuando se puso en marcha la línea Ourense-Santiago y en el momento del accidente de Angrois, ocurrido en julio de 2013, declaró ayer jueves que es el operador ferroviario, Renfe, el que debe supervisar la conducción de los maquinistas. “Que cada palo aguante su vela”, espetó el testigo en la octava sesión del juicio del Alvia, sobre la responsabilidad que tendrían Adif y Renfe en la circulación del tren que descarriló causando la muerte de 80 personas y dejando más de 140 heridos.

En esta causa están acusados el maquinista del Alvia accidentado en la curva de Angrois, Francisco Garzón, y el exjefe de Seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte.

Ochoa dijo estar sorprendido ante las declaraciones de otros testigos respecto a que la instalación del ERTMS hubiese impedido el accidente al entender que esa “es una apreciación bastante subjetiva” y, simplemente, “es especular” porque, “tal y como iban las cosas, no creo que hubiese sido muy eficaz” este sistema el día del accidente.

El todavía trabajador de Adif también fue interpelado por la conversación telefónica de algo más de un minuto y medio mantenida entre el maquinista del Alvia accidentado, Francisco José Garzón Amo, y Antonio Martín Marugán, el interventor, y confesó que a él le pareció llamativa.

“A mí francamente me sorprendió pero entiendo que quien debe evaluar si es posible o no es el responsable del factor humano en la conducción, que concierne al operador” puesto que “Adif no puede nunca valorar el factor humano”, resumió este testigo.