Al igual que sucedió en 2015 y 2019, a una convocatoria electoral en Euskadi le ha seguido el acuerdo entre el PNV y el PSE para la gobernabilidad de las instituciones forales y locales. Ambas formaciones presentaron ayer, en una nota conjunta, las líneas maestras de la reedición de su pacto, que busca “facilitar la conformación de gobiernos de coalición en el conjunto de las diputaciones forales y de los ayuntamientos” de la CAV. El mismo se ha alcanzado además en tiempo récord, apenas unos días después de la cita con las urnas y del inesperado giro de Pedro Sánchez al adelantar las elecciones generales al 23 de julio.

Los plazos apremian cuando una campaña electoral se ha solapado con una precampaña, y urgía dejar atada la gobernabilidad en ayuntamientos y diputaciones por parte de los dos socios tradicionales allí donde sea posible. A la espera de conocer la letra pequeña del acuerdo, que sigue ultimándose, ambos apoyarán a la lista que, de entre socialistas y jeltzales, haya resultado más votada en cada institución cuando no tengan mayoría absoluta por sí solos. Ello se traducirá, en las dos principales plazas en las que la gobernabilidad dependía del juego de mayorías, que Eider Mendoza (PNV) será diputada general de Gipuzkoa y Maider Etxebarria (PSE), alcaldesa de Gasteiz. En ambos casos, EH Bildu fue la primera fuerza.

Según el comunicado, se da continuidad al pacto en primer lugar por el “balance altamente satisfactorio” que ha arrojado el mismo desde hace ocho años, y que en la legislatura pasada se tradujo en gobiernos liderados por el PNV en las tres Diputaciones y las tres capitales de la CAV. El texto conjunto pone de manifiesto a su vez el “mapa electoral diverso y fragmentado en Euskadi” que arrojaron los resultados del 28-M, y que es reflejo de “la pluralidad de la propia sociedad vasca”.

PNV y PSE subrayan la “compleja coyuntura” actual, en la que aún se dejan sentir los “efectos sanitarios y sociales” del covid-19 y con “una guerra en Ucrania con consecuencias en los órdenes económico, energético y geopolítico”. Unos retos que interpelan a “los partidos con aspiración a liderar el país a buscar acuerdos que garanticen la gobernabilidad y la estabilidad de las instituciones”, y a hacerlo además “desde el respeto a esta pluralidad”.

A juicio de los partidos liderados por Andoni Ortuzar y Eneko Andueza, respectivamente, son “quienes mejor podemos cumplir estos objetivos”, en virtud del balance positivo que su entente arroja desde hace casi una década. En las próximas jornadas se conocerán los detalles de este nuevo acuerdo, pero ayer ya se avanzó el trazo grueso de sus bases: esta unión de fuerzas debe permitirles afrontar con garantías “desafíos como la protección de los servicios públicos, la lucha contra las desigualdades, el impulso al progreso y la justicia social”. Sitúan además entre los “grandes retos” de la sociedad vasca el reto climático, el demográfico y “una nueva economía productiva con nuevos empleos y derechos laborales”.

Jeltzales y socialistas emplazan además a reforzar “las políticas municipales, dotando a nuestros ayuntamientos de la financiación suficiente” para poder ser “agentes activos” en el logro de estos objetivos. Los dos protagonistas del acuerdo creen que Euskadi está en una situación privilegiada para afrontar estos retos, “por su realidad socioeconómica –ayer mismo se conoció que se ha superado, por primera vez, el millón de cotizantes a la Seguridad Social–, su alta capacidad de alto gobierno” y la propia “estabilidad” que PNV y PSE aportan a las instituciones con su pacto.

Suma de voluntades

Los dos partidos no han tenido dudas a la hora de trabajar durante la semana de cara a este entendimiento, y el secretario general del PSE, Eneko Andueza, expresó ayer su satisfacción por un pacto que “suma voluntades”, ofrece “mayor estabilidad” y va a permitir “afrontar el futuro de Euskadi con mucha mayor garantía”. “Los socialistas vascos estamos satisfechos por el trabajo hecho, por el resultado obtenido en las urnas y, sobre todo, porque somos conscientes que estando en los gobiernos, vamos a hacer posible que la calidad de vida de la ciudadanía vasca mejore día a día”, concluyó.

El miembro del EBB del PNV Koldo Mediavilla, explicó que se trata de un “acuerdo paraguas a nivel institucional para los tres territorios que ahora se está desarrollando”, y que su aplicación posterior en los municipios dependerá de cada caso concreto. En Radio Euskadi, aclaró que es un “pacto a dos” con el PSE y “como tal se va a desarrollar”, y negó de nuevo que su partido vaya a negociar con el PP. “Nosotros presentaremos nuestra propuesta y después se puede sumar quien quiera, el PP, Podemos o incluso EH Bildu, en algún caso”, aseveró.

Menos magnánimos se mostraron desde la coalición Elkarrekin Podemos, que abogan por un pacto a tres con el PSE y EH Bildu y calificaron este acuerdo como “una tremenda decepción para el cambio progresista en Euskadi”. En un comunicado, censuraron además que “no es un acuerdo a dos sino a tres” con el PP. Los votos de los populares serán necesarios para acceder a la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Gasteiz, aunque no se producirá ninguna negociación con los de Carlos Iturgaiz. La coordinadora general de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, pidió al PSE que tenga “al menos valentía para sentarse a hablar” para buscar gobiernos de izquierdas y criticó que, de nuevo, le “salve los muebles” al PNV.