Rosa Rodero: “Hay víctimas que perdonan, otras que no y otras que ni pedimos ni necesitamos perdón”
Hace 25 años ETA asesinó a Joseba Goikoetxea, sargento mayor de la Ertzaintza; un cuarto de siglo después, Rosa Rodero, su viuda, desvela sus vivencias
bilbao- Mañana se cumplen 25 años de la muerte de Joseba Goikoetxea, que cuatro días antes había sido tiroteado por un comando de ETA. Goikoetxea fue un hombre clave para la puesta en marcha de la Ertzaintza. Rosa Rodero, su viuda, ha mantenido una voz coherente a lo largo de este cuarto de siglo y de la misma manera que reclama justicia, reparación y verdad para todas las víctimas, sean del color que sean, se posiciona en favor del acercamiento de los presos de ETA a cárceles próximas a su entorno familiar.
En 2013, un mes después de que ETA anunciara el fin de su actividad usted protagonizó una imagen que dio mucho que hablar. Compartió dolor con Asun Zabala, hermana de Joxi Zabala, asesinado junto a Joxean Lasa, y Edurne Brouard, hija de Santi Brouard. Luego departió con los exmiembros de ETA Carmen Gisasola y Andoni Alza. Dio una imagen de entereza que muchos no llegaron a comprender.
-Víctimas somos todos. Cuando te matan a una persona querida, de una manera o de otra, somos víctimas. Creí que era el momento ideal para hacer aquel homenaje. Pasamos el puente que nos llevó desde donde fue asesinado Joseba en el Campo Volantín a la Plaza de la Concordia. El pasar el puente ya nos había marcado ETA con el anuncio del fin de la violencia. Era el 20 aniversario del asesinato de Joseba y creí que era momento de hacer algo bonito. Invité a todo el mundo y la gente respondió.
Como dice, un mes antes se había producido el comunicado de ETA. ¿Se lo creyó? ¿Confiaba en que fuera el principio del fin?
-Mucha gente no lo creía, pero yo sí, la verdad. Días antes en Aiete vimos cosas que nos hacía esperar la noticia, pero nunca tienes plena seguridad. Yo tenía la sensación de que era la definitiva, pero también dije que era cuestión de tiempo y después de siete años hay que seguir dando pasos, ya que todavía quedan muchos. No había que precipitarse. A partir de 1978, ETA tenía que haber acabado, pero por hacer las cosas deprisa y por habernos precipitado y no hacer las cosas bien, no supuso su fin. En fin, yo no soy política. A mí, por desgracia, me ha tocado vivir una historia que es la que cuento.
Hace siete meses, cuando se disolvió, ETA pedía perdón a la víctimas colaterales del conflicto que no eran objetivo directo y se disculpaba por las otras víctimas ¿Cómo se sintió?
-Hizo un feo porque a mí no me pedía perdón. Empezaron un discurso muy bueno pidiendo perdón a las víctimas, pero luego cuando pusieron la coletilla de víctimas colaterales, muchos nos sentimos mal con aquel comunicado.
¿Usted reclama que se le pida perdón?
-No, yo no lo necesito. Para mí son mucho más importantes los hechos que las palabras. Y los hechos es que llevamos siete años sin muertos y eso es lo que me vale. La gente de ETA que está saliendo de la cárcel no ha vuelto a coger las armas y eso es lo importante. Eso vale más que una petición de perdón sin sentirlo. Hay víctimas que perdonan, otras que no perdonan y otras que ni pedimos ni necesitamos perdón.
Muchas víctimas se sentaron con los victimarios, ¿usted lo hizo?
-En esas conversaciones, que las propició el Gobierno vasco con Maixabel Lasa, yo iba a hablar con el responsable del comando que mató a Joseba, pero cambió el Gobierno español y se cortaron aquellos contactos, y no pude hacerlo.
¿Qué tenía pensado decirle y se quedó sin hacerlo?
-No sería preguntarle el porqué, si no si sabían quién era Joseba y lo que había luchado Joseba para conseguir lo que teníamos en esos momentos. Fue un hombre que luchó en todo momento por Euskadi. Con 19 años estaba liberado en el partido, llevando propaganda de un lado a otro en época de Franco, por lo que le cayeron tres años de cárcel. No sé si los que le mataron sabían eso. Me quedé con ganas de preguntárselo. Ahora están ya en libertad y les deseo que puedan seguir adelante y que su reinserción sea total. No quiero guardar odio, no quiero morirme yo.
¿El fin de las siglas de ETA ayuda a cerrar heridas? Lo digo porque hubo quien vaticinó que podrían mantenerse como movimiento civil lejos de la violencia.
-ETA tenía que desaparecer, pero de una forma en la que no hubiera ni vencedores ni vencidos. Si hablamos de vencedores y vencidos siempre va a haber alguien que diga a mí no me han vencido. Sin olvidar nunca lo que ha pasado y todo lo que hemos sufrido, hay que mirar adelante.
Usted ha asegurado que es primordial trasladar a los jóvenes lo que ha sucedido en Euskadi en los últimos cincuenta años. Sin embargo, el programa didáctico ‘Herenegun’ ha recibido muchas críticas y el programa elaborado por el Gobierno español toca muy de refilón los asesinatos del GAL. ¿Ponerse de acuerdo en el relato es muy complicado?
-Lo que hemos hecho, y lo hemos hecho muy bien, es el relato de cada víctima, tanto de unos como de otros, a pesar de que España no reconozca a una serie de víctimas. He estado con Asun Lasa en muchos actos. Hace unos años estuvimos en unas charlas en Madrid y fue maravilloso. Es tremendo la falta de conocimiento que se tiene de Burgos para abajo. En aquellas charlas estuvimos también con Carmen Galdeano. Éramos víctimas de diferentes violencias explicando nuestra historia. Hace años juntar a una víctima de ETA con una de los GAL era algo increíble y nos dimos cuenta que no teníamos tantas diferencias y que podíamos hablar entre nosotros. Fuera de aquí no conocen nuestra realidad y me da pena. Yo voy con mi historia, no voy con la historia de las víctimas porque poner el las es mucho. Las víctimas somos muy distintas, pero el dolor es igual para todos.
¿Nunca ha pertenecido a una asociación de víctimas?
-No. He convivido con todas las asociaciones durante muchos años, he ido a congresos y no he estado alejado de ellas. Lo cierto es que solo se oyen dos voces, AVT y Covite, pero hay muchas más, y están asociaciones en Sevilla, Galicia, Valencia o Catalunya, por poner algunos ejemplos, y de esas no se oye decir nada.
ErNE sindicato mayoritario de la Ertzaintza se ha movilizado en contra de la Ley de abusos policiales, Joseba era un alto mando de la Er-tzaintza ¿Cuál sería su posición? En todo caso ¿cuál es la suya?
-Hay algunos artículos que les deja mal. De leyes no entiendo, pero mi hijo es ertzaina y hablo mucho con él y me lo dice. Yo creo que el problema es más de antes que de ahora. Mi marido sufrió torturas, y torturas que le dejaron secuelas y por eso estaba en contra de ellas. Se lo dijo a los suyos: como sepa que tocáis a alguien, salís de mi unidad. No puedo poner la mano en el fuego, pero quiero pensar que la Ertzaintza no ha actuado como otras policías.
Usted ha apoyado iniciativas de Sare en favor de los derechos de los presos. ¿Por qué cree que hay gente a la que le chirría su posición?
-Yo no hecho campaña en favor de la amnistía, ni para que salgan a la calle. Lo que pido es que se cumpla la ley penitenciaria y que cumplan condena en cárceles próximas a sus casas. Mi marido estuvo en Carabanchel y su madre, mi suegra, no le pudo ir a visitar porque estaba enferma. Era mi cuñada, su hermana, la que iba a verle cuando podía.
¿Será lo mismo una celda en Basauri que en Algeciras?
-Es que confunden las cosas. Una cosa es pedir que se les acerque y otra es que cumplan la condena. Yo pido que se les acerque, y no por los presos, que da lo mismo estar en Málaga que en Bilbao. Ellos están en su celda y en el patio, pero los familiares tiene un sufrimiento por tener que desplazarse a visitarles lejos. Madres que se han encontrado con este problema porque los hijos son los hijos y siempre serán tu niño aunque tengan ochenta años. Además, acercar presos no es ninguna novedad. Salvo Rajoy, Felipe González lo hizo, Aznar lo hizo y Zapatero también. Aquí estamos muy concienciados, el problema es que no nos oyen fuera de Euskadi.
Hace pocos días, la familia del juez Lidón se quejaba de que el sumario sobre su asesinato está paralizado. ¿Qué se puede o se debe hacer para esclarecer los atentados que están sin resolver?
-Lo importante es saber quiénes fueron los autores, como en el caso de mi marido que les detuvieron un año después y se les juzgó y condenó. Pero no se pueden cerrar las heridas en falso, que yo creo que eso fue lo que se hizo en el 78. La cosas hay que cerrarlas bien, y que todas las víctimas sepan quiénes fueron los autores de los atentados.
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