La escenografía ha sido la de un ejecutivo cercano que hablaba sentado en su mesa de trabajo con el fondo de fotografías familiares. Mucho marketing para tan poca sustancia. Decir que no todos es economía, no es para quedarse calvo detrás de la oreja. ¡Pues claro!.
Decir que lleva 37 años “de mi reinado” es sumar desde 1975, cuando ahí lo dejó Franco. Mejor hubiera estado que no diera esa cifra tan antidemocrática. Y decir que debemos hacer política con Mayúsculas, tenernos respeto mutuo y lealtad reciproca, estaría bien si lo dijera alguien que empezando por su familia ejemplifica estos valores. En sus labios carecen de credibilidad.
Luego nos ha hablado de un estado que ampara las diferentes lenguas, pero él, que es un rey castellano, solo lo ha hecho en español. Ni Zorionak, ni Bon Nadal, ni Bonas Noites. ¿Tanto le cuesta?.
Un discurso banal, cargado de tópicos que algunos agradecerán porque no ha hablado de la Unidad de España pero que personalmente no agradezco porque ha pasado de soslayo sobre lo que de profundo pasa en este estado que tiene a un señor ahí, para decir cuatro lugares comunes un día de Navidad. ¡Lástima de oportunidad perdida!