BILBAO. El Departamento de Interior ha puesto en marcha una nueva Instrucción interna que "regula todos los aspectos de la utilización del material antidisturbios por parte de la Ertzaintza". Según un comunicado difundido ayer, la normativa "pone al día de manera meticulosa todo lo relacionado con la utilización de los lanzapelotas y los bastones policiales (porras)", elementos que define como "instrumentos disuasorios".
La elaboración de esta detallada Instrucción es consecuencia directa del fallecimiento de Iñigo Cabacas tras ser alcanzado en la cabeza por una pelota de goma disparada por la Ertzaintza. Pese a que, en la comparecencia del 12 de abril en el Parlamento Vasco, el director de la Policía vasca José Antonio Varela dijo que la distancia a la que se debe disparar esta munición está totalmente estipulada, agentes del Cuerpo afirman que no existen directrices al respecto. Un ertzaina aseguraba a DEIA que, de hecho, en los cursos de Arkaute se pueden disparar las pelotas a poco más de veinte metros del objetivo.
Una situación que cambia ahora con la Instrucción aprobada por el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, que tendrá continuidad en el futuro con otra referida a los nuevos lanzadores de 40 mm. con los que se va a dotar a las patrullas de Seguridad Ciudadana. En la nota de Interior se recordaba que ya se ha empezado a formar a los agentes en el uso de estos lanzadores, que disparan pelotas menos lesivas y que estarán totalmente implantados el 1 de enero de 2013.
La nueva norma limita el uso de las escopetas lanzapelotas a la existencia de "un riesgo para la vida o la integridad de los agentes o de terceras personas y solo cuando no sea posible resolver la situación por otros medios". Como ya había salido a la luz, la intensidad de las bocachas estará siempre en las posiciones S (suave) y M (media), quedando relegada la F (fuerte) a la Brigada Móvil y la Brigada de Refuerzo -estas dos unidades serán las únicas que podrán usar los actuales lanzapelotas a partir del año próximo-. Además, la distancia mínima de seguridad será de 35 metros en las dos primeras posiciones y de 60 metros en la fuerte, y los disparos se dirigirán siempre a las extremidades inferiores del cuerpo.
En lo que al bastón policial se refiere, tanto en su forma convencional como en la extensible, su uso "deberá ser gradual, primándose su utilización como una extensión del brazo que sirva para acotar o para alejar a posibles agresores y solo en determinadas circunstancias como arma para golpear". En este último caso, se deberán evitar "impactos fortuitos sobre partes vitales del cuerpo, como la cabeza".
De forma paralela, la utilización del material antidisturbios "deberá ser comunicada al Centro de Mando y Control del que dependa la unidad", y deberá quedar "siempre reflejada de manera detallada en el correspondiente informe". A ello se añade que las videograbaciones que se realicen durante los incidentes tendrán que "respetar los límites legales y las instrucciones internas ya existentes".
Detectar fallos Además de esta Instrucción, Interior ha puesto en marcha la Comisión Operativa de la Ertzaintza, un órgano interno para "analizar actuaciones policiales concretas" y detectar así "posibles fallos en los procedimientos de actuación establecidos o aspectos que puedan mejorarse". De este modo, se pretende eliminar o paliar en futuras intervenciones riesgos innecesarios para los ciudadanos o los propios agentes.