CADA vez más cerca de la jornada electoral catalana, una nueva encuesta del Centre d"Estudis d"Opinió continúa dando una ventaja de diez puntos a CiU sobre el PSC, pese a la esperada acusación fiscal contra Convergencia de supuesta financiación ilegal. Lo cierto es que aumentan los síntomas de predisposición a la derrota del actual Govern, y en especial del president Montilla, como la marcha a Madrid de su mano derecha, el secretario de la presidencia Isaías Pancho Táboas, coordinador del ejecutivo autonómico, para convertirse en secretario de Estado del ministro Blanco. Fuga vendida como ganancia de peso de los socialistas catalanes en el nuevo Gobierno Zapatero.
El caso es que, con una abstención que se prevé digna de récord Guinness, las candidaturas se han multiplicado. En total son, ni más ni menos, que 114 entre las cuatro demarcaciones. Y es que los partidos hasta ahora parlamentarios han perdido miembros, o les han aparecido competencias de sus propias órbitas. Ejemplos especialmente claros se producen en la galaxia españolista más cercana al PP, la ex diputada popular y catedrática Montserrat Nebrera presenta lista propia con el nombre, que denota una moral mayor que la del Alcoyano, de Alternativa de Govern. Ciutadans continúa. Hay que añadir la UpyD que encabeza en otras latitudes Rosa Díez y el grupo, fundado por ex militantes del PP, Familia y Vida, antiabortista y contrario al matrimonio homosexual. CiU y Esquerra han perdido los dirigentes agregados a la candidatura independentista, Solidaritat Catalana per la Independencia, de Joan Laporta, que a su vez tiene la competencia, en el mismo mercado, del Reagrupament del ex alcalde y ex conseller de Esquerra, Joan Carretero, y del Bloc Soberanista Català.
Si en otra época, y durante una sola legislatura, hubo en la Ciutadella un grupo del Partido Andalucista, ahora se presentan el Partido Aragonés (sólo por Lleida) y el Castellano, éste con la reivindicación lingüística española y la de un examen obligatorio de Historia de España para obtener la nacionalización. Después, están diversos colectivos sociales con intereses diferenciados: Gent Nostra, de un ex concejal de CiU que propugna una reforma electoral con listas abiertas; el Partido Antitaurino, el de los Payeses en Girona i Lleida; el de Pensionistas en Acción, el gay lésbico, Transexual i Heterosexual/Todos Somos Iguales; Escons en Blanc/Ciudadanos en Blanco, con la pretensión de que queden vacíos los escaños proporcionales a las papeletas vacías; Por un mundo más justo, de miembros de ONG; la Coordinadora Reusencva Independent, que reclama un polígrafo en el Parlament pera detectar mentiras de los legisladores y donde figura como número dos el peculiar personaje llamado Carmen de Mairena; o las dos formaciones relacionadas con internet: una, Democraticaweb, se autopresenta como primer partido on line y deja la elaboración del programa a las propuestas de los internautas; la otra, el Partido Pirata, es una franquicia del que ha obtenido éxito en Suecia y propugna la libertad total de navegación y descargas por la red, sin cánones ni derechos de autor, y la preservación a ultranza del anonimato de los navegantes.
Y quedan más, muchos más; como los extremistas xenófobos de Plataforma per Catalunya o candidaturas de vieja resonancia que repiten una y otra vez, pese a las derrotas constantes: Falange Española y de las JONS, el Partido Humanista, El Centro Democrático y Social que crease Adolfo Suárez, Justicia y Progreso, el Comunista del Pueblo de Catalunya. El Obrero Socialista Internacionalista, Unificación Comunista, Los Verdes del Grupo Verde Europeo?
Hasta ahora estaban en el Parlament CiU, el PSC, Esquerra, el PP, Iniciativa-Verds y Ciudadanos. Pero, poca broma, porque a mucha abstención, abaratamiento de escaños. Y sobre todo en la circunscripción de Barcelona, donde al socaire de la Ley d"Hont, las listas pasan con facilidad de 0 a 3 representantes por unos cientos de sufragios. Si a eso sumamos lo que puedan restar competidores directos, el galimatías de formaciones del Knéset israelí puede parecer un reparto casi bipartidista comparado con el potencial puzzle catalán.